_
_
_
_
Tribuna:VISTO / OÍDO
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Historias de España

"Primo" fue el dictador Primo de Rivera. No Primo Carnera, campeón del mundo del peso pesado, que también fue un fraude. Primo, decían amigos y enemigos, y la aristocracia, y Alfonso XIII, que le hizo y le deshizo, y ni así se salvó, tampoco, de algunas cosas (léase el gran libro de Leguineche sobre el desastre de Annual; y sobre toda la intrepidez, el robo y la furia de la que se llamó "guerra de África", que no pasó del festón inmediato del continente).Tanta importancia tuvo que el hijo de Primo, conocido como "José Antonio", y los militares africanistas, y los monárquicos de Alfonso XIII se amotinaron, y su motín derivó en guerra civil, y en posguerra no bien extinguida, para restaurar. No va a ser fácil que me hagan tratar con protocolo a esos personajes: pero "el viejo Primo" no es despectivo, y lo prefiero a lo que me sugieren de "el general Primo de Rivera y Orbaneja, presidente del Directorio Militar". Lo hace Enrique de Aguinaga (Cartas al director de ayer, en este periódico). Como me cuesta trabajo llamar Generalísimo a Franco. De las tres o cuatro cosas que sé de Enrique de Aguinaga es que él era de los de "el joven Primo": un falangista -nosotros decimos "fascista"- del diario Arriba, de los que luego recogió Anson en Abc: creo que ya no está (en cambio, ahora, está Cándido. Otra pluma). Es natural que a Enrique le parezca que hay que tratar con títulos, nombres y grados a aquellos personajes.Yo me crié en una casa donde se conspiraba contra su dictadura y se sufrió con la siguiente; y he estudiado, como he podido, historia de España; la he vivido. Por aquellas razones he sido autodidacto -no "autodidacta", que dicen ellos- y no como Aguinaga, que es de la Academia de Doctores.

Cuando él estudiaba, yo trabajaba de meritorio (no es lo mismo que emérito), en un periódico. Ah, él parece reprocharme, sobre todo, que atribuya la frase "la funesta manía de pensar" al viejo Primo, cuando es anterior: del memorial dirigido a Fernando VII por la Universidad de Cervera: la verdad es que Primo la dijo más de una vez dirigida a intelectuales. Ahora también sé que el doctor Aguinaga tiene más libros de citas que yo. Quizá él pudiera encontrar quién envió a Primo, cuando se alzó, un telegrama que decía: "¡Olé tus cojones!". O a quién se lo mandó Fernando VII, o Franco; o a Miláns. Todos iguales.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_