Robots autónomos o gobernables, dos alternativas a debate en el Reino Unido
El octópodo adelantado (Evolved Octopod), una especie de araña de color violeta ensamblada como las piezas de un mecano y que aprende a moverse solo, y el insecto robot (Photopopper), que persigue el sol para alimentar un panel solar en miniatura sujeto a su espalda, son dos de las criaturas salidas de los laboratorios científicos y exhibidas esta semana en la ciudad de Brighton (Reino Unido). Sus creadores participan en la cuarta Conferencia Europea sobre Vida Artificial, dividida ya entre los partidarios de fabricar robots autónomos y hasta imprevisibles y quienes prefieren máquinas tan gobernables como cualquier otro mecanismo de ingeniería.Entre los que suscriben la primera categoría de ingenios "independientes" se cuentan British Telecom y Matra Marconi Engineering. El Photopopper, parecido a un escarabajo verde con antenas incluidas, podría ser un proyecto digno de su patrocinio. Ahora su único objetivo es absorber la mayor cantidad de sol posible. Sus sucesores, sin embargo, pueden llegar a poblar un día el suelo de Marte. La autonomía del robot permitiría al científico analizar terrenos adversos o desfavorables.
La inclinación hacia este tipo de máquinas con una cierta personalidad percibida en Brighton llevó a buena parte de los expertos allí reunidos a calificar de 11 soso" y "mediocre" a P-2, un robot que la compañía japonesa Honda acaba de presentar en público. De 1,80 metros de altura y 210 kilos de peso, posee brazos y piernas artificiales así como una cabeza a medio camino entre un televisor y el casco de los astronautas. En conjunto parece uno de ellos enfundado en un traje muy pesado y puede andar, subir escaleras y cambiar de dirección sin perder el equilibrio. "La robótica ya no bebe de la ciencia ficción de los años cincuenta. Ha abrazado evolución y biología y de ahí que requiera cada vez menos apoyo computerizado", ha declarado al rotativo The Independent Ph-il Husbands, miembro del departamento de inteligencia artificial de la universidad británica de Sussex.
La vía de la evolución reproducida en los ordenadores que él presenta permite que el software de los sistemas robóticos de control se "reproduzca" de acuerdo con sus habilidades. De este modo, los expertos pueden escoger los resultados mejor adaptados para perfeccionarlos aún más y aplicarlos en sus máquinas. "Empresas como British Telecom creen que el estudio de los sistemas biológicos ayudará a la ingeniería. En realidad, la biología es más compleja que cualquier otro sistema y funciona muy bien", concluye Husbands. Un biorobot imaginario diseñado siguiendo sus principios evolutivos podría ser enviado a entornos ajenos al nuestro y sobrevivir allí.
Hay que tener en cuenta que ahora mismo se pasea por Marte el robot Sojourner de la misión Mars Pathfinder. Este pequeño vehículo de seis ruedas es capaz de desplazarse sorteando piedras y obstáculos gracias a la información que le proporcionan sus sensores y cámaras para dirigirse a los objetivos que los científicos le indican desde la tierra.
Los investigadores de Sussex presentan en la conferencia sus estudios acerca de las habilidades de las hormigas y su admirable capacidad para orientarse. Una forma de inteligencia mucho más compleja que la de cualquier robot, a pesar de su tamano y especie. "Depositar un vehículo en Marte es un éxito mayúsculo de la tecnología, pero es imposible no sentirse humilde ante la sutileza y complejidad de la propia naturaleza", ha dicho Inman Harvey, uno de los colegas de Phil Husbands.
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