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El aparente suicidio de Cunanan no despeja las incógnitas sobre la muerte de Versace

El cadáver tenía la cara destrozada y sólo pudo ser identificado por las huellas dactilares

El culebrón del verano estadounidense terminó donde empezó, en Miami Beach, y como había comenzado: de forma oscura y violenta. El descubrimiento del cadáver de Andrew Cunanan en una barcaza vivienda de Miami Beach aportó muchas más preguntas que respuestas y contribuyó a espesar el misterio de todo lo relacionado con el asesinato del diseñador italiano Gianni Versace. "Cunanan, aparentemente, se suicidó", dijo la policía. Poco antes, decenas de agentes habían organizado un asalto en toda regla durante más de cuatro horas -por tierra, mar y aire- a la barcaza vivienda.

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Alivio y curiosidad

Andrew Phillip Cunanan, un chapero de lujo de 27 años, de origen filipino, era el hombre más buscado de Estados Unidos desde que el FBI lo identificó como el autor de los dos disparos en la nuca que el pasado día 15 terminaron con la vida de Gianni Versace cuando el "diseñador de las estrellas" abría la verja de entrada de su palacete en Ocean Drive. El FBI le atribuía cuatro asesinatos de hombres, anteriores al de Versace. Era, según los investigadores, un asesino en serie en una enloquecida fase terminal.Cunanan se había convertido en una obsesión nacional: ocupaba los principales espacios de los diarios y los informativos de las radios y televisiones, se le veía en todas las esquinas del inmenso EE UU, se decía que estaba disfrazado de drag queen, se le imaginaba buscando nuevas víctimas entre sus amistades homosexuales, se rumoreaba que buscaba venganza de alguien que le había transmitido el virus del sida.

Pero seguía sin saberse cuál era su relación con Versace, si es que tuvo alguna, aparte del hecho de que ambos eran homosexuales. Y también se ignoraba por qué mató al diseñador. Entretanto, el funeral por Versace en la catedral de Milán provocaba la asombrosa imagen de Lady Di consolando al lloroso Elton John.

Tras lo ocurrido en Miami Beach en la tarde y noche norte americanas del miércoles, seguimos sin respuestas a esas preguntas, y además tenemos otras nuevas.

Despliegue policial

Todo empezó, según la versión policial, cuando el empleado de mantenimiento de una de las barcazas vivienda situadas en el canal que flanquea Miami Beach fue corriendo a la policía para decir que había ido a hacer la limpieza y se había encontrado en el interior con un tipo que parecía Cunanan.La barcaza vivienda, de dos alturas, amarrada a diez minutos en coche de Ocean Drive y frente al hotel donde se alojaron durante días muchos periodistas enviados a cubrir el asesinato de Versace, estaba teóricamente deshabitada. Su propietario, el alemán Torsten Reineck -que lleva el club gay Apollo Spa de Las Vegas y que la policía de su país busca desde hace años por estafa-, se encontraba de vacaciones.

La siguiente escena parecía extraida de la serie televisiva Miami vice. En helicópteros, lanchas y carros blindados, más de un centenar de agentes de la policía de Miami Beach y el FBI, con cascos, chalecos antibalas y rifles de asalto, cercaron durante cuatro horas la barcaza, arrojando

al interior decenas de granadas lacrimógenas. Luego, una avanzadilla entró y salió diciendo que allí no había nadie, tan sólo una humareda insoportable. Un segundo grupo hizo una nueva inspección y encontró el cadáver de un hombre joven con el rostro destrozado. La policía informó de que podía ser Cunanan, pero que tenía que hacer algunas pruebas.

Ya habían pasado 14 horas desde el comienzo del asalto y era la madrugada de ayer en EE UU cuando de la barcaza salió un cadáver envuelto en un plástico azul. La policía dijo que, definitivamente, era el del sospechoso del asesinato de Versace. Habían comparado sus huellas dactilares con una dejada por Cunanan en una almoneda de Miami donde, antes del crimen de Ocean Drive, vendió una moneda de oro... y ibingo! La pistola del calibre 40 encontrada junto al cadáver era "similar" a la usada para matar a Versace y a dos de las víctimas anteriores del asesino en serie. El muerto no había dejado ninguna nota.

La caza había terminado. "Cunanan, aparentemente, se suicidó", dijo Richard Barreto, jefe la policía de Miami Beach. "Su reino de terror ha terminado; los ciudadanos de todo el país pueden ponerse de pie y respirar tranquilos,,. Ahora bien, ¿desde cuándo estaba Cunanan en ese lugar?, ¿cómo entró allí?, ¿conocía a su propietario, el homosexual alemán Reineck?, ¿cómo sobrevivió a ocho días de encierro?, ¿por qué, cuándo y cómo se suicidó?, ¿por qué tenía el rostro destrozado?

Stanley Trail, padre de Jeffrey Trail, una de las víctimas que se atribuyen al asesino en serie, hizo uno de los comentarios más lúcidos de toda la jornada: "Hay un aspecto negativo en el modo en que murió Cunanan: nadie podrá hacerle ya la menor pregunta".

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