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Esperanza Aguirre destituye al secretario de Estado de Universidades, Fernando Tejerina

Varios altos cargos se plantean dimitir en solidaridad con el destituido

El Consejo de Ministros destituyó ayer al secretario de Estado de Universidades, Fernando Tejerina, de 55 años, después de varios meses en que algunos de los principales proyectos de reforma universitaria de Tejerina, unánimemente respetado y apoyado por los rectores, tropezaran con la negativa de la ministra de Educación, Esperanza Aguirre, inspirada por los sectores más duros del PP y los próximos al Opus Dei. El cese de Tejerina desencadenará previsiblemente la dimisión del director general de Enseñanza Superior, Alfonso Fernández-Miranda; el secretario general del Consejo de Universidades, Juan Roca, y el director de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva, Julio Casado.

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Estas tres dimisiones, que no han sido confirmadas por los interesados, pueden darse prácticamente por descontadas, ya que todos ellos participaban plenamente en el proyecto de Tejerina.El nuevo secretario de Estado será Manuel Jesús González González, de 56 años, catedrático de Historia del Pensamiento Económico de la UNED. Fuentes ministeriales afirmaron que ahora comienza "una nueva etapa centrada en el protagonismo de los alumnos, más que en los excesos corporativos de los profesores".

El de Tejerina no fue un nombramiento elegido por Esperanza Aguirre, sino sugerido por José María Aznar, al igual que el de Miguel Ángel Cortés, secretario de Estado de Cultura. Con ninguno de los dos ha tenido Aguirre relaciones precisamente fluidas.

Fuentes universitarias aseguran que Tejerina ha soportado fuertes presiones para dimitir y ahorrar a la ministra el coste político y universitario de la destitución. El ex secretario de Estado, catedrático de Termodinámica y ex rector de Valladolid prefirió mantenerse, pese a la hostilidad del entorno de Aguirre, para llevar adelante las re formas. La paralización de estas reformas fue el motivo esgrimido por Francisco Michavila para presentar su dimisión como secretario general del Consejo de Universidades en febrero.

Entre las principales divergencias de Tejerina y la cúpula del ministerio destacan: Planes de Estudio. Tejerina defendió la propuesta íntegra del Consejo de Universidades para aligerar la carga lectiva de los estudiantes. Por el contrario, Aguirre rechazó uno de los tres puntos: que tres de las diez horas de un crédito pudieran ser de actividades complementarias, no necesaria mente de clase normal.

Reforma del profesorado. El ex secretario de Estado considera vital regularizar la situación de más de 20.000 profesores universitarios, cuyas condiciones profesionales son precarias, y reordenar la carrera docente con la creación de una nueva figura de profesor contratado. Para ello ha elaborado dos proyectos de modificación de la Ley de Reforma Universitaria. La ministra los ha rechazado porque interpreta que el principal problema es el de las oposiciones, no el de la estructura del profesorado.

Universidades católicas. Fernando Tejerina y Alfonso Fernández-Miranda se han opuesto de plano a la creación de las universidades católicas de Ávila y Murcia al margen de la normativa general y sin suficientes garantías. La ministra acudió a la colocación de la primera piedra de la de Avila a pesar de las insistentes recomendaciones de sus dos colaboradores.

Universidad de Elche. La segregación de Medicina y Estadística de la Universidad de Alicante para crear la de Elche contó con el rechazo de Tejerina y Fernández-Miranda. Aunque la decisión fue de la Generalitat valenciana, el malestar fue tan agudo que los rectores pidieron reiteradamente un pleno monográfico del Consejo de Universidades para dejar claro su rechazo. La solicitud fue rechazada tres veces por Aguirre, hasta que al fin convocó un pleno ordinario. Las resistencias de la ministra enturbiaron las relaciones entre los rectores y la Administración.

Otros asuntos, como la reforma de la selectividad, la del Consejo de Universidades o la del tercer ciclo (doctorado), han avanzado a paso lento o se han visto simplemente aparcados.

Tejerina ha sido elogiado por rectores y expertos universitarios, que destacan su perfecto conocimiento de la Universidad, su talante abierto y también su buen carácter. En círculos del PP se le consideraba un mero representante de los rectores, tildados a su vez de afines al PSOE. La influencia de Andrés Ollero, José Luis Martín Muñiz y Vicente Pedraza, afines al Opus Dei, y personajes ultramontanos del PP, en expresión de fuentes universitarias, acrecentó su aislamiento político en el ministerio, lo que llegó a suscitar reticencias en algunos rectores por su limitada capacidad de maniobra.

El secretario de Enseñanza de Comisiones Obreras, Fernando Lezcano, resaltó ayer "el conocimiento, la competencia y la capacidad de diálogo" de Tejerina y Fernández-Miranda, "algo que no se puede decir de la ministra y su equipo

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