Sobre la enfermedad de Alzheimer

Acerca del artículo firmado por Javier Sampedro sobre el curso del doctor Cacabelos, celebrado en la Universidad Menéndez y Pelayo de Santander (EL PAÍS, 2 de julio de 1997, Sociedad, página 34), ruego tenga a bien publicar las siguientes puntualizaciones, que entiendo interesan a un sector importante de sus lectores. Rectificaciones al doctor Cacabelos sobre la enfermedad de Alzheimer:1. No es cierto que se puedan diagnosticar el 98% de los casos de enfermedad de Alzheimer. Aun en presencia de los síntomas clínicos, iniciada ya la demencia, el diagnóstico es sólo probable. Como no está justificado hacer biopsias cerebrales, el diagnóstico no se confirma hasta después de la muerte del enfermo.

2. No es cierto que todos los casos sean detectables por pruebas de ADN. De los que no tienen antecedentes familiares, menos de la mitad son detectables por estas pruebas. Además, éstas dan lugar a falsos positivos y falsos negativos, por lo que nunca justificarían que se iniciara un tratamiento a los 20 años.

3. No se puede prometer un retraso de 6 a 18 meses en el inicio de la demencia, ni una estabilización de uno a tres años, o incluso más, en su evolución, con los tratamientos actuales.

4. Aunque sería muy deseable la prevención de la enfermedad de Alzheimer, comisiones bioéticas especializadas en el tema se decantan actualmente, sin rodeos, por la inconveniencia de hacer pruebas de ADN para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, hasta que éstas sean capaces de detectar todos los casos, y existan tratamientos eficaces.

5. El doctor Cacabelos no puede confundir a un colectivo tan castigado ya como el de los familiares de enfermos de Alzheimer, con promesas que no tienen base científica, ni puede la comunidad científica permitir actitudes como la suya, que hacen un daño irreparable a la sociedad de la que todos formamos parte.

- Profesora titular del Departamento de Morfología de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.