Una muestra de diseño gráfico refleja el frenesí de la España de los años 20

La Fundación Cultural Mapfre-Vida abrió ayer en Madrid la muestra. La Eva moderna. Ilustración gráfica española (1914-1935), con más de 300 imágenes de unos 70 artistas. El periodo abarcado es el de los años de entreguerras, las décadas de los veinte y los treinta, marcadas primero por la locura de vivir frenéticamente y, después, por un estado de ansiedad colectiva provocado por la frustración y el miedo. La muestra estará abierta hasta el 13 de septiembre en las salas de General Perón, 40.

En términos artísticos fue el momento de la institucionalización de la vanguardia, una de cuyas manifestaciones más felices fue el llamado Artdecó, estilo básico para el lema que aquí nos ocupa, el del diseño gráfico.Una más entre las Paradojas de nuestra historia, la modernización de nuestro país comenzó a tomar cuerpo tras el estallido de la I Guerra Mundial, lo que explica el porqué de la pujanza y el nuevo sesgo que tomó la ilustra cirón española a partir de, 1914, una ilustración que aún no se había visto arrinconada por la fotografía, quizá por que era necesario contemplar las cosas con cierta estilización. La apoteosis de dicha estilización moderna se produjo en los años veinte, verdadera etapa dorada de nuestra ilustración gráfica y la que se identificó con el art-decó, tema que ha sido estudiado a fondo por Javier Pérez Rojas, el comisario de la presente muestra.

La mujer

La gran protagonista de la exposición es la mujer, porque no en balde fue, en el periodo de entreguerras, cuando tomó cuerpo la emancipación femenina. En realidad, cuando se configuró la imagen moderna de la mujer, actitud, aspecto y rnoral. Desde el punto de vista, histórico-cultural, la exposición resulta apasionante, pero, desde el artístico, aporta un asombroso derroche de talento. Están en la exposición, sin duda, los grandes. nombres de la ilustración española de este siglo, como Rafael de Penagos, Sáenz de Tejada, Sancha, Bartolozzi, Ballester, Estalella, Loygorri, Baldrich, Climent, García Benito, Ochoa, etcétera, pero también Ramán Gaya, Almada Negreiros y Arturo Souto.

En cuanto a publicaciones, la presencia, de Blanco y Negro es merecidamente abrumadora. Se trata, en fin, de una muestra muy interesante, y divertida, pero, sobre todo, que nos propone un fascinante balcón para mirar un pasado no tan lejano.