España se integrará militarmente en la OTAN sin asegurarse el control del eje Estrecho-Canarias

El Gobierno se propone anunciar formalmente la incorporación de España a la futura estructura militar de la OTAN durante la cumbre del 8 y 9 de julio en Madrid sin haber logrado el control del eje estratégico Estrecho-Canarias. Después de meses discutiendo la responsabilidad de las aguas entre el archipiélago y la Península, única reivindicación española que provoca resistencias, responsales gubernamentales minimizan ahora este unto, que califican de "irrelevante"

El Gobierno quiere que la cumbre de Madrid sea la de la plena incorporación española a la OTAN. Por eso, aunque la nueva estructura no estará definida antes de diciembre como pronto, se propone anunciar unilateralmente la integración militar de España.Para efectuar este anuncio, el Ejecutivo quiere que el comunicado final de la cumbre respalde la futura instalación en España de un mando subregional aliado con jurisdicción sobre todo el territorio español, incluidas las Canarias. Nadie se opone a la creación de dicho mando, pero varios países europeos se niegan a que conste en el comunicado, ya que aún quedan muchos aspectos de la estructura sujetos a controversia.

En todo caso, el Gobierno español ha renunciado a condicionar el ingreso a su única reivindicación problemática: el control de las aguas que separan la Península de Canarias. España ha logrado empujar unas millas hacia el oeste la frontera del mando europeo, y por tanto del futuro mando español, que ahora pasa por el meridiano 5'55, a la altura de Barbate (Cádiz), y en el futuro se situará en el T30, en Ayamonte (Huelva), garantizando así el control del acceso occidental al Estrecho.

Nunca ha estado en cuestión que el archipiélago dependerá del cuartel de Madrid, ya que ningún país puede ser obligado a dividir su territorio entre varios mandos. El problema está en si se asegura la continuidad geográfica entre las dos áreas del mando español (Península y Canarias) o el archipiélago y sus aguas adyacentes quedan como una "burbuja", en medio del área bajo control portugués.

España propuso que la frontera de su mando se adentrase en el Atlántico, dibujando una bolsa que limitaría por el norte con las islas Madeira y por el sur con el Trópico de Cancer. Como alternativa más modesta, sugirió un pasillo que, pegado a la costa africana, se abriría al llegar a Canarias, dibujando una pipa.Ambas propuestas han tropezado con la resistencia de Portugal, que rechaza recortar su zona de responsabilidad, y del comandante supremo del Atlántico (Saclant), que quiere acceso directo al arco de inestabilidad que va del Magreb a Oriente Medio.

Aunque no está decidido, la solución que se afianza deja la frontera del mando europeo en Ayamonte, con el enclave de Canarias.Las aguas intermedias, aunque dependientes del comandante del Atlántico, serían "de interés común" para éste y para el europeo, que deberían colaborar en las operaciones en la zona.