Eduardo Chillida, muestra en La Pedrera de Barcelona su visión del espacio a través de 68 obras

La reflexión sobre el espacio es una de las constantes en la obra de Chillida. Un espacio no sólo físico, sino también mental. El lugar como vacío, como límite, como construcción o como incisión. Este es el hilo conductor de la exposición Chillida Leku (palabra ésta última que define espacio y lugar en euskera), que hasta el 28 de septiembre se presenta en Barcelona. Un total de 68 obras del artista realizadas en diferentes materiales y que recorren prácticamente toda su trayectoria se distribuyen de forma cronológica en la planta principal de La Pedrera -el centro cultural de la Fundación Caixa de Catalunya, que organiza la exhibición- permitiendo así el diálogo entre la obra del escultor vasco y la arquitectura de Gaudí.Pero si la exposición intenta analizar cómo el escultor parte de los conceptos de construir y de horadar para hablar de este espacio, Chillida asegura que esto pertenece ya a su pasado. "Intento estar donde no he estado nunca", afirma. "Mantengo el compromiso ante lo desconocido que está delante, porque lo que hay detrás ya lo conozco".

Entre los proyectos que se exhiben destacan, los dedicados a analizar sus grandes obras públicas, y entre éstas el proyecto de Tindaya, parado a la espera de los informes geológicos de los expertos. "Si se autoriza la obra, no quiero que después haya una explotación comercial del proyecto", afirma: "Es algo que le voy a pedir expresamente al Gobierno canario porque es un lugar que pretende algo para todos los hombres y no hay que permitir que sea una discoteca. Que la montaña quede como está y sin explotar fuera". El artista recordó que él no quiere cobrar nada por realizar este proyecto: "Es algo que quiero ofrecer a los hombres".