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Pérez Villar, condenado por subvencionar ilegalmente, recibe dinero de Industria

Miguel Pérez Villar, condenado por el Tribunal Supremo en 1995 por prevancación en la concesión de subvenciones a empresas mineras cuando era consejero de Economía de la Junta de Castilla y León con José María Aznar como presidente, ha recibido del Ministerio de Industria una ayuda de 30 millones para su empresa Arenas de Bobia. Su socio es Mario Moliner, ex presidente de la patronal minera que copó sus subvenciones y a la que asesoraba su esposa, Rosario Carballo. Industria, tras estudiar la legalidad, analiza si concederle otra subvención -de 100 a 140 millones- para otra firma.

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"Cumplo todos los requisitos"

El 28 de marzo de 1996 se constituye Arenas de Bobia para la "explotación de cantera de áridos, arenas de sílice, cribado y lavado, tratamiento de arcillas en general, así como su comercialización". Su domicilio, el kilómetro 38 de la carretera de León-Caboal. El capital es de 26 millones de pesetas. Dos de sus consejeros tienen dilatada experiencia en la minería y más en recibir y conceder subvenciones oficiales. Uno es Miguel Pérez Villar, al que en 1987 José María Aznar nombró consejero de Economía en Castilla y León. Concedió 550 millones en ayudas a las empresas de la patronal minera Apema (Asociación de Empresarios de Minas de Antracitas de León), a la que remuneradamente asesoraba su esposa, Rosario Carballo. El segundo socio es Mario Moliner, presidente de Apema. Moliner llegó a ser consejero de dos de las empresas que subsidió Pérez Villar: Combustibles Fabero (36 irúllones) y Antracitas de Brañuelas (40 millones).Hasta su nombramiento, el asesor de Apema era Pérez Villar. Luego delegó en su esposa, también integrante del consejo de Arenas de Bobia. Las empresas asociadas en Apema recibieron el 39% de las ayudas, aunque sólo representaban el 14% del sector, y significaban apenas un 15% de los trabajadores. Recogieron entre un 163% y un 212% más de lo solicitado. Pérez Villar cesó como consejero en 1991, tras un año de calvario político -judicial a raíz de una información de EL PAÍS sobre dichas irregularidades.

Creada hacía dos meses por Pérez Villar y Moliner, en mayo de 1996 Arenas de Bobia solicitó una ayuda al Mirísterio de Industria. Presentó una inversión subvencionable de 119 millones y el próposito de crea nueve empleos. Industria les concedió en diciembre de ese año 30 millones.

Presencia camuflada

Industria, según un portavoz, no advirtió la participación de Pérez Villar, ya que "se presentó camuflado". Según Industria, la empresa sólo les informó del reparto accionarial: 41,67%, PV7; 41,67%, Mario Moliner; 16,66%, Antonio García Alonso. La clave estaba en PV7. Es una empresa de Pérez Villar y su esposa, de la que son, respectivamente, apoderado y administrador único. Si Industria hubiera leído las inscripciones registrales habría advertido la presencia de Pérez Villar no sólo en PV7, sino en Arenas de Bobia, de la que es consejero desde su constitución. Esta empresa, en mayo de 1996 pedía la subvención y ampliaba su capital de 26 a 36 millones.Posteriormente, según Industria, se recibió una petición de subvención para una segunda empresa de Pérez Villar -Uría Motor-, pero ahí sí detectaron su presencia. Pérez Villar preside esta firma desde su creación. Su mujer también figura como consejera. Dedicada a la venta de coches en Asturi4s, comenzó con un capital de diez millones, que se amplió a 100 en marzo de este año. La inversión subvencionable se cifró en 300 millones y se justificaba en la creación de 47 empleos. Esto le supondría una subvención de entre 100 y 140 millones de pesetas. Industria, al advertir que el solicitante era un condenado por prevaricación, recabó "por precaución" un informe a la asesoría jurídica, que dictaminó que la sentencia no le incapacitaba para recibir ayudas. Y aún estudian si darla.

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Sus contactos con Moliner son anteriores. Pérez Villar, tras cesar como consejero, se integró en consejos de administración de empresas a las que él inyectó dinero público. Es el caso de Mina Emilio. En 1988 le otorgó 93 millones. En 1993, es nombrado apoderado de dicha empresa, y en 1995, presidente y consejero delegado único. Ese año entra como consejero Moliner. En 1996, se extingue Mina Emilio, al fusionarse con Antracitas de Brañuelas. Esta Firma recibió 40 millones de Pérez Villar en 1988. En junio de 1994, entra como vocal consejero Pérez Villar. Al año siguiente, es ya presidente y entra Moliner como vocal consejero. A fines de 1995, la venden.

Octavio Granado, senador socialista, estima que debe investigarse si Industria ha favorecido a Pérez Villar, y concluye que su entrada en empresas que subvencionó demuestra que existió antes un vínculo económico, y profesional. Igual que con Moliner.

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