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Biólogos españoles intentan rescatar en Mauritania las últimas focas monje

Los 270 animales censados han quedado en un centenar

Los biólogos preparan una operación de rescate de os últimos ejemplares en la colonia de foca monje en la península de Cabo Blanco (Sáhara Occidental), en un intento desesperado de salvar la especie. Al no remitir la mortandad que afecta a la población desde mayo, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha encargado, al equipo español un plan urgente para capturar el mayor número de e emplares.

Es la población de focas monje más importante del mundo: pero con la, mortandad ha pasado de 270 animales censados a menos de un centenar.El objetivo es evitar que las focas continúen intoxicándose y se mantengan en condiciones de semicautividad hasta que las condiciones ambientales permitan su liberación.

Según Luis Mariano González, biólogo del Ministerio de Medio Ambiente español, "aproximadamente dos terceras partes de la población ya han fallecido, mientras que la mortalidad todavía no se ha detenido. Así pues, se ha dado la alerta roja, porque si se mantiene el ritmo de muertes se prevé que la población adulta se haya extinguido en su totalidad a principios del mes de julio".

Hasta el momento, el equipo español ya ha recuperado cuatro crías de foca huérfanas y las ha entregado al Parque Nacional del Banco de Arguin (PNBA) mauritano para su rehabilitación.

La élite de expertos internacionales en este mamífero marino se ha trasladado a Mauritania para supervisar el salvamento; el lunes llegó Peter Reijnders, de Holanda, director del comité científico de foca monje de la UICN y, hace más de una semana, un equipo de expertos británicos del centro escocés Sea Mammal Research Unit de St. Andrews y Norfolk Wildlife, Hospital. Todos ellos trabajan con el equipo de biólogos españoles y con la autoridad nacional mauritana en conservación del PNBA.

Solidaridad con la especie

Para González, "la mortalidad ha sido extremadamente enérgica y rápida, por lo que su causa no ha podido ser aún establecida con precisión. Sin embargo, tres laboratorios toxicológicos han confirmado la presencia en las focas muertas de una toxina, paralizante producida por un alga planctónica (el dinoflagelado Alexandriunm minutun). Esta alga ha sido encontrada también de manera abundante en muestras de agua marina de las inmediaciones de la colonia. Todos los estudios indican que la causa es esta toxina paralizante de origen algal.Aunque dos laboratorios virológicos sugirieron la posible existencia de un virus en una de las focas muertas, todavía no se ha podido confirmar. Por tanto, todos los esfuerzos se dirigen a frenar la mortalidad de la población adulta de la colonia, asumiendo como causa más probable de las muertes la ingestión de alimento portador de toxinas algales.

Desde 1992 el equipo de técnicos y científicos españoles trabaja en Cabo Blanco, en un proyecto de investigación y conservación de la foca monje, una de las 10 especies animales más amenazadas del planeta. A partir de 1994, el estudio se enmarca en el programa Life financiado por la UE, el Gobierno canario y el Ministerio de Medio Ambiente.

El Comité de Expertos de la UICN que supervisa el proyecto español se reunió el 31 de mayo en el aeropuerto de Amsterdam, donde acordó la intervención urgente si la situación empeoraba. A principios de este mes la eurodiputada española Ángela Sierra, de Izquierda Verde Unitaria Europea-Izquierda Verde Nórdica, ha instado a la CE a investigar las causas de la muerte de focas monje frente a la costa de Mauritania y emprenda medidas para asegurar la supervivencia de la colonia.

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