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México protesta ante EE UU por la ejecución de Irineo Tristán

De nada sirvieron las peticiones de clemencia enviadas desde México al gobernador de Tejas, George Bush. Atado a una camilla, con los brazos en cruz, Irineo Tristán, un emigrante de 30 años acusado de asesinato, recibió el miércoles tres inyecciones letales. "Los espero allá en el cielo", les dijo a su padre y a su novia, que se deshacían pegados a un cristal. La amargura se adueñó de sus compatriotas. México protestará ante EE UU: el procesamiento de Tristán violó la Convención de Viena sobre la asistencia consular a los detenidos.

Las cartas y llamadas seguían llegando el miércoles al despacho de Bush, hijo del ex presidente de EE UU. La ejecución estaba prevista a las seis de la tarde (una de la madrugada en España), pero el gobernador tejano tenía en su mano la posibilidad de aplazarla. Después de todo, está casado con una mexicana, recordaban muchos compatriotas. ¿Cómo no iba a intervenir? La respuesta llegó a las 17.15 horas en forma de comunicado oficial: no había elementos para detener el proceso. Una hora antes, el Tribunal Supremo había rechazado el aplazamiento de la ejecución.EE UU asegura que Tristán tuvo un juicio justo, pero Mexico insiste en que se violó la Convención de Viena, ya que los representantes consulares "no fueron oportunamente" avisados.

"No tengo ningún rencor. Perdonen a la gente que nos ha hecho daño". Irineo Tristán estaba tranquilo, pero no pudo evitar las lágrimas al despedirse de su familia a través de unas rejas. Su último deseo fue comer camarones. Le dieron pescado frito con patatas. Los médicos le colocaron dos agujas en los brazos. El reo volvía la cabeza hacia el cristal donde estaban su padre y Beatriz, su novia. "Te amo mucho. Amo mucho a mis padres. Los quiero mucho. Los espero allá en el cielo. Nos vamos... " Beatriz empezó a gritar "¡No me olvides, chiquitito!". Los guardias le ordenaron que se callara.

El cadáver de Tristán llegará en las próximas horas a Tamaulipas, su tierra natal, donde el joven vendía estropajos antes de emigrar a Estados Unidos. Otros once mexicanos esperan en el pabellón de la muerte. Veinticuatro presos han sido ejecutados en Tejas en lo que va de año.

Entre las noticias y las, telenovelas

La principal cadena de televisión mexicana, Televisa, interrumpió su programación para dar cuenta de la muerte de Irineo Tristán. Eran las 18.17 horas. "¡Malditos asesinos!", "¡Salvajes!", "¡Justicia!", gritaban las personas que se habían concentrado a las puertas de la prisión y ante la Embajada de Estados Unidos en la capital mexicana. Muchos sollozaban.El país estaba conmocionado, porque se pensó de verdad que a última hora se podría salvar la vida de Tristán, como había ocurrido el pasado abril con Ricardo Aldape, otro joven emigrante acusado de asesinato y condenado a la pena capital por los tribunales tejanos.

Aldape, que había compartido prisión con Tristán, quedó en libertad después de que sus abogados lograran la revisión de un proceso que lo mantuvo durante 14 años en el pabellón de la muerte.

El joven pudo regresar a México, y fue incluso contratado por los avispados productores de una telenovela, que incluyeron su pasado vía crucis en el guión.

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