Bélgica reabre el debate sobre el asilo y obliga a un nuevo compromiso

, Bélgica reabrió ayer el debate sobre el derecho de asilo al poner reparos a la última redacción de compromiso negociada por la presidencia holandesa, y que España consideraba ya como un acuerdo de mínimos. El primer ministro belga, Jean-Luc Dehane, pidió un respeto estricto a la Convención de Ginebra, que regula desde 1951 el derecho de asilo, y la presidencia holandesa buscaba anoche una fórmula que contente a todos.

España mantenía conversaciones bilaterales para salvar el objetivo último de su iniciativa: que el asilo no sea utilizado en la Unión Europea en fraude de extradición. Es decir, que ningún colaborador del terrorismo buscado por la justicia española pueda invocar el derecho de asilo para retrasar, paralizar su proceso de extradición o hacer propaganda.La dificultad de alcanzar un consenso sobre el asilo fue puesta de manifiesto por el primer ministro de Holanda, Wim Kok, que llegó a señalar que éste será el acuerdo "más difícil y más frágil" del futuro Tratado de Amsterdam. Los negociadores españoles consideraban que lo sustancial sería salvado. El derecho de asilo permanecerá en la UE, pero el Estado que lo conceda a un ciudadano de otro Estado miembro deberá informar inmediatamente al Consejo. El asunto, en opinión de los diplomáticos españoles, saldrá así del ámbito judicial para entrar en el terreno político. La idea es que los Estados no concederán el asilo si no quieren tener un serio conflicto en el seno del Consejo Europeo. Aun así, las fórmulas finales que se barajan para la redacción final sobre este derecho parece que aguarán en gran medida la pretensión de los negociadores españoles, que deseaban, no ya una supresión del derecho de asilocomo se anunció precipitadamente en la última cumbre de Dublin, sino una regulación estricta. Al final se dirá que el mismo hecho de que se regule es ya un éxito.

Si los negociadores españoles encontraron dificultades en el tema del asilo -un asunto "fundamental" para España, en expresión del presidente José María Aznar al Consejo-, en el otro frente de interés para España, las islas Canarias, se avanzó con éxito. Un acuerdo entre Francia, Portugal y España, los tres países con regiones ultraperifiénicas, alcanzaron un acuerdo para que el nuevo tratado tenga en cuenta las características específicas de estos territorios en política aduanera y comercial, en política fiscal o en las condiciones de acceso a los fondos estructurales, entre otras cosas. La redacción final, que anoche todavía no se había hecho pública, constitucionalizará el actual régimen económico y fiscal canario, que algunos veían en peligro ante el deseo de algunos países de homogeneizar la política fiscal en todos los territorios de la comunidad. Sin embargo, el artículo contendrá las suficientes salvaguardas para que los beneficios que se concedan no constituyan un medio de discriminación arbitraria, y deberá ser aprobado por mayoría cualificada en el Consejo, lo que obligará a nuevos equilibrios negociadores.