Gennano Celant, contra la rigidez
., "Yo asumo mi responsabilidad como navegante. Sigo mi propio rnapa", afirma Germano Celant, tras describir su trabajo en la organización de esta Bienal como el de uno "que piensa en el mundo del arte como en una gran galaxia" y recordar que la navegación vía Internet se ha convertido en experiencia cotidiana. "Mi selección no puede estar, por ello, basada en un criterio rígido", añade.Celant se muestra seguro de que "la rigidez no tiene sentido cuando se navega en la galaxia" y asegura que el objetivo de la actual edición de la muestra veneciana es "superar todos los ideologismos, todos los narcisismos y todas las identidades" para presentar la realidad del lenguaje del arte.
También afirma que quiere que esta exposición, "completamente nueva", no se consuma en los meses, de la Bienal -que seguirá abierta hasta noviembre- como en una "feria de la vanidad", sino que pueda quedar como museo, con sus obras e instalaciones, durante los próximos dos años. Celant y el alcalde de Venecia, Massimo Cacciari, acarician la idea de convertir el Pabellón de Italia en un museo permanente de arte contemporáneo.El presente
"Al titular Futuro, presente, pasado", explica el - crítico genovés
-que organizó una gran exposición de artéitaliano en el Reina Sofia de Madrid en 1991 -,"he invertido los términos para decir que mi futuro es mi pasado y mi pasado mi futuro, de manera que todo se encuentra en el presente. Desde esa perspectiva, no veo diferencia entre un veterano como Claes Oldenburg o un joven como Pipilotti Rist. A los dos les he pedido una obra nueva y ambos están aquí por lo que hacen en este momento. La exposición es a la vez histórica y contemporánea, y ofrece el máximo de
información sobre el arte del presente".
Germano Celant insiste en destacar los efectos positivos que cree que se han derivado de su trabajo. "He mirado a los últimos 30 años para buscar lo que hay de interés en todos los que no pertenecieron a la generación de los años cincuenta. El resultado es que aquí hay de todo. Hay pop, hay minimalismo, hay arte pobre... He seleccionado pocos artistas, para poder dar cabida a cada uno de modo que puedan expresarse p lenamente y colaboren, entendiendo que el problema no es un choque de indentidades".
El director de la Bienal de 1997 debe dedicar, sin embargo, buena parte de su tiempo a responder a objeciones. Dice que no se podía aplazar esta Bienal porque los países participantes ya habían preparado sus pabellones nacionales. A quienes le tachan de filoamericano responde que sólo un 30% de los artistas de la exposición son estadounidenses,. y, cuando le preguntan si no teme la comparación con la Documenta de Kassel, que se inaugurará el próximo 22 de junio, responde: "No sé ni lo que van a hacer. No he tenido tenido tiempo ni de preocuparme".
Babelia
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