La modernización artística

La exposición En la piel de toro reúne casi un centenar de obras de 12 artistas actuales de Portugal y España. Bajo la responsabilidad de Aurora García, acreditada profesional del arte, que desde hace 20 años sigue de cerca la evolución de la actualidad internacional, esta muestra colectiva ya anuncia en el título su intención, al margen de que, a través de la añeja metáfora, nos dé sus coordenadas geográficas ibéricas. Así, la cuestión es: ¿Qué ha pasado, en el terreno del arte, con la vetusta piel de toro, ahora aventada por su modernizadora integración europeísta?Para hacer el correspondiente balance, Aurora García ha seleccionado media docena de artistas actuales de cada país, si bien lo ha hecho con un esmerado criterio proporcional hasta en el menor de los detalles. Por ejemplo, hay un equilibrio desde el punto de vista generacional y desde el de la proyección pública, lo que se sustancia en dos segmentos de artistas: los nacidos entre fines de los cuarenta y los cincuenta, y los que lo hacen a partir de los sesenta, que, a su vez, son los menos consagrados. De esta manera, por parte española nos encontramos, dentro de los veteranos, con Susana Solano, Juan Muñoz, Juan Uslé y Cristina Iglesias, y dentro de los noveles, a Curro González y Daniel Blaufuks y Rui Chafes.

Respecto a los que ya tienen tras de sí una más dilatada trayectoria, Aurora García ha intentado asimismo proporcionar ejemplos de obras de su primera y última etapas, con los que se enriquece la posibilidad de juicio del espectador. De manera que nos encontramos ante un conjunto muy bien distribuido en su composición, proporción y medidas, lo que no suele ser corriente en este tipo de iniciativas.

Por lo demás, el rendimiento de la exposición no sólo se basa en el buen nivel medio de calidad que ofrecen los participantes y, a través de él, el de la situación global del arte innovador en sus respectivos países, sino, sobre todo, en la revelación de la completa inmersión de la irreductible piel de toro ibérica en el lenguaje artístico más cosmopolita. No creo que eso signifique una pérdida de identidad local, sino, en todo caso, la constatación de que, en el futuro, deberemos aprender a vernos de otra manera, cambiando los puntos de mira y las justificaciones tradicionales. No me parece poco rendimiento para una muestra.