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Entrevista:

"Entre España" y Marruecos no hay problemas sin solución"

El príncipe heredero de Marruecos, que inicia mañana su segunda visita oficial a Madrid, dice que "entre Marruecos y España no hay problemas sin solución".

El príncipe heredero de Marruecos, Sidi Mohamed, está en la puerta de su residencia de Salé, con la mano extendida y abierta, mientras esboza una leve sonrisa. El camino desde el vestíbulo hasta un acogedor salón estará acompañado por esas pequeñas y sencillas frases de bienvenida protocolaria a las que le unirá, poco antes de entrar en la estancia, un comentario trivial, levemente irónico para romper el hielo.Todo está preparado para que el príncipe Sidi Mohamed, de 34 años de edad, emprenda su segundo viaje oficial a España. Un viaje que empezará mañana, cuando se cumplen ya más de diez años de aquella primera visita que efectuara en junio de 1986. Desde entonces han cambiado mucho las cosas en España y en Marruecos, pero también ha cambiado él. Ha dejado atrás aquel rostro de un adolescente que empezaba a instruirse en las tareas de Estado, en un país, Marruecos, inquieto social y políticamente, que parecía titubear entre la democracia tutelada y las soluciones autoritarias.

El rostro del príncipe Sidi Mohamed de ahora refleja la seguridad y la firmeza de un hombre de Estado comprometido con el futuro de su país. Su mirada tranquila transmite la ductilidad y la generosidad de un Marruecos que sigilosamente ha iniciado el camino de una reconciliación nacional y que ha asumido el diálogo y el pacto como fórmulas de gobierno.

Son los primeros síntomas claros de lo que podría constituir una verdadera transición de Marruecos hacia la democracia, un proceso que espera consolidarse con esa catarata de elecciones -comunales, locales y legislativas- que empezarán a celebrarse a mediados del próximo mes de junio. Pero si todo eso no fuera suficientemente evidente, ahí están las palabras del príncipe. Se trata de un discurso minuciosamente meditado. En este mensaje se detectan incluso esos obligados silencios y evasiva ' propios de un político discreto y curtido, consciente de que muchos de los problemas es mejor no airearlos y dejar que el tiempo los disuelva, pacientemente. Quizá por ello afirma con contundencia que "entre Marruecos y España no hay problemas sin solución".

Pregunta, En los últimos dos años hemos seguido al príncipe heredero a través de diferentes escenarios: en Francia, en EE UU, pero también en el interior del país, sobre todo en Rabat, en la fundación del difunto líder socialista, el opositor Abderrahim Buabid, donde en enero pronunció un importante discurso sobre las transiciones democráticas. ¿Qué significado tienen estas reiteradas apariciones en público del príncipe heredero?

Respuesta. Yo conocía muy bien al difunto Abderrahim Buabid, a quien había recibido en mi casa. Fui sencillamente a la fundación porque su hijo me había invitado. Además se hablaba allí de la transición democrática, un tema que no podía pasar por alto. Pero además le tengo que decir que Buabid fue siempre un gran nacionalista, y a pesar de todo lo que el mundo pueda pensar. y a pesar incluso de todo lo que hubiera podido suceder, una persona fiel a la causa marroquí, a la monarquía y a Su Majestad el rey.

Pero además he estado presente en otro tipo de actividades, políticas, sociales o económicas. Estuve invitado, por ejemplo, por el vicepresidente norteamericano, y aproveché la ocasión para encontrarme con el señor Bill Clinton, a quien no conocía.

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P. Hace poco menos de tres semanas volvimos a ver al príncipe, con ocasión de la visita del ex secretario de Estado norteamericano James Baker, en el palacio de Buznika, cerca de Rabat, donde usted participó en las conversaciones que allí se llevaron a término sobre el Sáhara. No nos sorprendió su presencia, sentado a la mesa, a la izquierda de su padre, el rey, ya que meses antes usted mismo había recibido en Rabat a dirigentes del Polisario. ¿Qué valoración hace usted de estas reuniones?

R. Es cierto, me reuní con la delegación del Polisario en agosto último. La recibí aquí, en Rabat, en un chalé que Su Majestad había puesto a nuestra disposición. Yo vi al rey minutos antes de la entrevista, y me dijo: "He aquí las grandes líneas de lo que hay que discutir. Tú habla de eso y no de eso otro". Así pues, yo no hice más que aplicar las instrucciones de Su Majestad. La primera reunión duró una hora y media, en un ambiente relajado. Nos volvimos a ver al día siguiente, y allí hubo cierto bloqueo. Me vi obligado a explicar esta situación al rey, quien me dijo que era necesario parar las conversaciones. "Estos señores pueden partir si quieren; cuando tengan algún día algo positivo, tú les dices que yo estaré dispuesto a recibirlos", me dijo entonces Su Majestad. Lo importante de todo esto es que ha habido un cambio de impresiones, y que si un día hay algo nuevo, algo constructivo, el rey está dispuesto a verlos.

En cuanto a la visita de James Baker, está vinculada al mandato de la Minurso [Misión de las Naciones Unidas en el Sáhara Occidental], cuya misión acaba el próximo 31 de mayo. Hemos pedido que se prolongue su mandato por cuatro meses. Es importante, entre otras razones, porque la Minurso está ahí por voluntad de Marruecos y para asegurar el plan de paz de la ONU, que continuamos defendiendo y que queremos llevarlo a término.

P. Entre las muchas tareas asignadas al príncipe heredero se encuentran sus responsabilidades en el seno del Ejército. Desde 1985, usted es coordinador del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Reales, lo que le convierte en el número dos del Ejército" después del rey. El 12 de julio de hace tres años fue promovido por su padre a general de división. ¿Cuál es el valor y la importancia de estos cargos en el panorama político actual?

R. De entrada, le diré que es muy importante para un militar ser promovido a un rango superior, y que en esta misma fecha mi hermano también fue promovido Por otro lado, es cierto que desde 1985 soy responsable de la coordinación de las Fuerzas Armadas. Pertenezco a los tres Ejércitos -Tierra, Aire y Marina-, lo que me permite conocer todos los expedientes. Pero también recibo delegaciones militares extranjeras, como la del general norteamericano Colin Powell. Éste es mi papel en el Ejército.

P. Marruecos ha hecho una apuesta clara por la democracia. El próximo mes de junio inicia un largo proceso electoral, con unos comicios locales y comunales, que serán seguidos por unos legislativos. ¿Qué representan, en su opinión, estas convocatorias electorales para su país?

R. Estas elecciones son la sucesión lógica a una acción promovida con anterioridad. Marruecos fue el primer país del Magreb que se dotó de una Constitución, el primero en tener un Parlamento, en optar por un régimen liberal y por el multipartidismo. Ahora, Su Majestad ha creído necesario pasar a una velocidad superior. Tendremos, pues, un Parlamento bicameral y una estructura regional. En definitiva, toda una estructura que va a permitir el proceso democrático iniciado después de la independencia. Su Majestad dice que la política es como la agricultura, que hay una estación para cada cosa, y para completar esta imagen se puede decir que ha llegado la primavera de Marruecos. Yo creo que él ha percibido que Marruecos estaba en un periodo de mutación y que era el momento de llevarlo a término. La democracia, además, se aprende y se forma. Es necesario que vaya acompañada de un cambio de mentalidades. Es necesario que la gente adquiera una cultura política. Justamente, el rey cree que ha llegado este momento.

P. Las relaciones de Marruecos y España son buenas en líneas generales, más en el terreno económico que en el político. ¿Qué es lo que deberíamos hacer para mejorar estas relaciones, sobre todo en el terreno político?

R. ¿Usted cree? Le diré que ya estamos haciendo todo lo que se puede hacer. Cuando el rey Juan Carlos visitó Marruecos se firmó un pacto de amistad. Hay y ha habido, entre otras, diversas reuniones del comité de seguimiento del tratado. Pero hay sobre todo unas relaciones personales entre Su Majestad y el rey Juan Carlos, que han hecho más que todos los Gobiernos, aunque los responsables de ambos Gobiernos han venido trabajando también para hacer avanzar las relaciones entre Marruecos y España. Fueron ellos quienes tuvieron la idea de crear el tratado de amistad. Incluso cuando hubo el problema de Ceuta y Melilla, fue Su Majestad quien propuso la célula de reflexión, a fin de gestionar este problema- de manera separada, sin envenenar ni pudrir las relaciones de los dos países. Yo le digo una cosa: entre España y Marruecos no hay problemas sin solución. Estoy seguro.

P. Hace ya cerca de siete años que su padre no visita España. ¿Cree que la visita que iniciará usted mañana servira para preparar un próximo viaje del rey a Madrid?

R. Lo espero. Pero también me gustaría que sirviera para que el rey Juan Carlos visitara Marruecos y que asimismo lo hiciera el príncipe Felipe, porque es alguien a quien yo quiero mucho y con quien tengo muy buenas relaciones. Pero la verdad es que ni Su Majestad ni el rey Juan Carlos tienen necesidad de mí para encontrarse. Ellos se telefonean regular mente y se mantienen al tanto de sus cosas. Yo creo que Su Majestad hará pronto una visita a España y que el rey Juan Carlos vendrá a Marruecos.

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