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Los saharauis rechazan la autonomía que ofrece Marruecos

Juan Carlos Sanz

El ministro de Asuntos Exteriores de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Bachir Mustafá Sayed, afirmó ayer ante los más de sesenta periodistas extranjeros congregados en el desierto del sur de Argelia que el pueblo saharaui, expulsado del Sáhara Occidental hace más de veinte años, rechaza cualquier forma de autogobierno dentro de Marruecos, que anexionó el territorio de la antigua colonia española, y sólo aceptaría mantener relaciones especiales con Rabat -un lazo especial basado en la identidad lingüística, cultural y religiosa- desde la plena independencia. "Marruecos es un gran vecino, al que hay que respetar, pero el pueblo saharaui ha ganado su derecho a ser libre con las armas", apostilló Sayed.Líder del ala más dialogante de la dirección del Frente Polisario, Sayed dejó ayer claro en los campamentos de refugiados, donde malviven más de 70.000 civiles, que sólo desde la legalidad internacional -las resoluciones de la ONU que reconocen el derecho a la autodeterminación,, se podrá superar el impasse en que se encuentra el plan de paz desde hace más de un año". El ex secretario de Estado norteamericano James Baker, enviado especial del secretario general de la ONU, Kofi Annan, para el Sáhara Occidental, se entrevistará hoy en Argel con el presidente, Liamín Zerual, cita que le obligará a aplazar hasta mañana su reunión con el presidente de la RASD, Mohamed Abdelaziz. En Tinduf se le aguarda con una renacida esperanza, como "representante de un país muy importante". Muchos creen que su mediación puede acabar de una vez por todas con la "tregua sin paz".

Los saharauis han invitado a políticos, representantes de ONG y periodistas extranjeros a compartir sus tiendas de campaña para que "recuerden al mundo", según dijo ayer Sayed, "que el proceso de paz del Sáhara Occidental sigue bloqueado... por la actitud de Marruecos tras cinco años de alto el fuego".

Equipo militar

Después de mostrar las escuelas y guarderías abiertas en los campamentos gracias a la cooperación internacional, una alocada carrera de todoterrenos a través del desierto situó a los extranjeros ante la élite de las tropas saharauis. Alineados a lo largo de más de tres kilómetros, adolescentes y veteranos de guerra mostraban sus Kaláshnikov frente a 70 viejos carros de combate rusos, tres baterías de SAM-6 tierra aire y unos lanzacohetes muy similares a los legendarios órganos de Stalin.

La exhibición de fuerza, no fue seguida por la habitual amenaza de reanudar las hostilidades contra Marruecos ante la paralización del referéndum para la autodeterminación. Sayed explicó que su pueblo sólo usará "el arma de la razón" y dijo estar dispuesto a reanudar "un diálogo serio" en cualquier lugar neutral después de la ruptura de las últimas conversaciones en octubre del año pasado: "Madrid, por ejemplo".

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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