Aznar juzga "excelente" el pacto laboral y pide a los empresarios que lo apliquen sin dudarlo
El Gobierno y la CEOE se intercambiaron ayer algo más que felicitaciones. José María Aznar y Rodrigo Rato alabaron la contribución de los empresarios al sosiego social, por la firma del acuerdo laboral con los sindicatos, y José María Cuevas calificó de "espectaculares" los logros de la política económica del Ejecutivo del PP.Pero, además, el presidente del Gobierno, en un distendido discurso que puso fin a la jornada sobre el euro que organizó la CEOE en Madrid, a la que asistieron más de 500 empresarios, lanzó dos avisos a navegantes.
En primer lugar, Aznar dejó bien claro que el acuerdo laboral cuenta con su apoyo más absoluto: "No debe haber dudas sobre la bondad del acuerdo. Es excelente". Un espaldarazo a Cuevas y un dardo directo al corazón de los empresarios que han criticado el pacto por "blando". Uno de ellos, el presidente de la patronal catalana, Joan Rosell, había compartido mantel con él instantes antes.
El segundo mensaje también fue contundente. El objetivo prioritario de la política económica del Gobierno es controlar "rigurosamente" el déficit para alcanzar los objetivos de convergencia. Un jarro de agua fría para algunos empresarios, como los de la construcción, que han pedido un fuerte aumento de la inversión pública. Y una mala noticia para Cuevas, que había incluido en sus peticiones una urgente rebaja del Impuesto de Sociedades, del IAE y de las cotizaciones sociales.
Dentro de esa batería, Cuevas incluyó "una urgente reforma de la sanidad y del sistema público de pensiones, reformas éstas encaminadas a asegurar la viabilidad financiera de las prestaciones sociales que se derivan de. un Estado moderno y eficaz" y "la aplicación de un proceso de prIvatización que no debe limitarse a unas pocas empresas, sino que ha de extenderse al conjunto del sector público empresarial, tanto central como territorial".
El discurso del presidente de la confederación empresarial concluyó con la convicción de que España "estará en la moneda única desde el primer momento" y animando a las empresas a se esfuercen "para afrontar este proceso en las mejores condiciones".
No fue la única intervención de Cuevas ante los empresarios. Previamente, la CEOE había celebrado su asamblea general anual. En ella, se puso de manifiesto la absoluta sintonía de la patronal con el actual Gobierno.
"Era falsa aquella tesis tan reiteradamente propagada años atrás de que no había ninguna política alternativa a la que hacía el anterior Gobierno. La había, como ha quedado patente, y sus resultados contrastan de manera muy favorable con la anterior", señaló Cuevas.
Eso sí, salvó de la quema "al último ministro de Economía socialista [Pedro Solbes] Por decirlo todo, fue sin duda el más dialogante de cuántos han ocupado ese cargo bajo la anterior mayoría parlamentaria". Y luego se preguntó: "¿Es posible que de la mano de gobernantes más ' austeros y sensatos se esté abriendo para España una verdadera edad dorada [en alusión a un libro recientemente publicado por Carlos Solchaga que titula El fin de la edad dorada] de tipos bajos, crecimiento estable, baja inflación y más empleo?".
Su respuesta también fue significativa: "Por lo menos, lo que sí ha terminado es la era del pelotazo, del negocio rápido y la fiebre del oro... y puede acabar, por fortuna, la edad de la precariedad laboral". Y completó sus recados a los socialistas acusándoles de haberse atrincherado mientras gobernaban "en la autocomplacencia y en el desaire a los agentes sociales como norma de actuación".
Cuevas defendió el acuerdo laboral, pero no lo elevó a la categoría de reforma. "Una reforma laboral es algo más extenso... debe recoger asuntos tales como las coberturas sociales y el desempleo... ". Además, estima que la reforma no estará completa hasta que "los jueces no tengan que valorar decisiones estrictamente empresariales, sino solamente aplicar la ley".
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