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Los sindicatos rompen con Ruiz-Gallardón

José Manuel Romero

Los sindicatos escenificaron ayer, bajo la ventana del despacho de Alberto Ruiz-Gallardón, la ruptura de la paz social en la Comunidad de Madrid. En ese lugar, atestado de zanjas y de obras del nuevo Metro, gritaron los representantes de los trabajadores su descontento por el nuevo Plan General de Madrid, que ha elaborado el Ayuntamiento y ha aprobado la Comunidad de Madrid.En los discursos, que fueron amplificados por una megafonía impecable, elevaron el tono para amenazar a Ruiz-Gallardón: "¡Aquí no acaba el combate. Hay que conseguir la retirada del Plan General!", estalló José Ricardo Martínez (secretario general de UGT-Madrid). "La ciudad del futuro será invivible, permitirá el cierre de 2.500 industrias y llevará a la miseria a 40.000 trabajadores". Le siguió Rodolfo Benito, secretario general de CC OO-Madrid: "Cada empresa que cierre para conseguir las plusvalías que le permite el Plan General será un conflicto social cuya responsabilidad corresponderá al Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón. Desde que los empresarios conocieron, hace varios años, las intenciones del PP para la ciudad del futuro, ya han cerrado 80 empresas".

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Las ventanas de la sede de la presidencia regional no se abrieron pese a los gritos. Los sindicalistas, que estuvieron acompañados por concejales y diputados de IU y PSOE, entre ellos sus principales dirigentes, culminaron su protesta anunciando tiempos difíciles: "La paz social se ha roto en Madrid. Ruiz-Gallardón ha cedido a las presiones de los poderosos sin defender los intereses de los trabajadores. Y lo tiene que pagar".

A la manifestación acudieron cerca de un millar de personas, aunque sólo 600 llegaron al final, cuando los dirigentes sindicales discursearon frente a la sede de la presidencia regional. La marcha alteró mínimamente el tráfico por las calles de Almagro y Miguel Ángel.

Los cánticos fueron escasos y- dedicados mayoritariamente al alcalde, José María Álvarez del Manzano. Los vecinos de Campamento que se sumaron a la protesta defendieron un barrio sin autovía. Gritaban: "Si esta carretera [que amplía la actual unión de la carretera de Extremadura con la de Boadilla] es una maravilla, que la construyan en la plaza de la Villa". Y también: "Manzano, capullo, Madrid no es tuyo".

Los sindicalistas avanzaban a buen ritmo con un lema único: "Así, así, ni un paso atrás, el Plan General lo vamos a quemar". Los ecologistas de Aedenat se limitaron a mostrar su pancarta: "Un plan inhabitable".

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Ruiz-Gallardón lleva diez meses sin convocar el Consejo para debatir las políticas de empleo

La concertación social madrileña, firmada en noviembre de 1995, tuvo su primer resultado en abril del año siguiente. Sindicatos, patronal y Gobierno crearon el Consejo de Madrid para el Empleo, la Formación y el Desarrollo. Este organismo estaba pensado para convertirse en el motor de la concertación social. Pero el motor, un año después, sigue apagado. Alberto Ruiz-Gallardón lleva 10 meses sin convocar a sindicalistas y empresarios a debatir las políticas de empleo dentro de ese organismo.La última vez que lo hizo, en julio, los sindicatos abandonaron la reunión por un problema formal, que sigue sin resolverse, recuerdan.

Mientras tanto, el presidente autonómico presume públicamente de la paz social que ha conseguido y asegura que la creación de empleo en la región se debe en gran medida al entendimiento que mantiene con empresarios y sindicalistas.

Comisiones Obreras y UGT responden: "Es mentira. No. hay tal concertación. El Gobierno se niega a llegar a acuerdos. Se ha roto la línea de diálogo que mantuvimos con el anterior Gobierno socialista".

Luis Blázquez, consejero de Economía, ha mantenido los contactos de manera esporádica. La última reunión fuera del Consejo, en febrero pasado, no sirvió de mucho. Las negativas que ha dado a las reivindicaciones sindicales (un documento con 24 propuestas para el empleo y la formación) no han hecho más que acelerar el descontento con los sindicatos.

Los principales proyectos que desarrollan la concertación social siguen empantanados. Su situación está así.

Agencias. Para desarrollar los acuerdos del Consejo se crearon cuatro agencias por ley (de Formación, Desarrollo, Empleo y Ayudas Financieras). Están dotadas este año con 100 millones de pesetas de presupuesto- cada una, pero siguen sin funcionar, pues ni siquiera se han constituido, según denuncian los sindicatos.

Participación. Con el Gobierno socialista, los sindicatos participaban en distintas comisiones, que discutían los programas de ayuda al empleo. Estas comisiones también servían para evaluar los distintos proyectos empresariales que solicitaban las ayudas. Ruiz-Gallardón eliminó esta práctica pese a las protestas sindicales.

Reducción de jornada laboral. Los sindicatos propusieron entre sus 24 medidas un programa de fomento del empleo basado a la subvención a aquellas empresas que redujeran su jornada laboral y crearan empleos fijos. El Gobierno regional no aceptó. También pidieron los sindicalistas dinero público para premiar a las empresas que convirtieran sus empleos eventuales en fijos. Tampoco convenció, según denuncian.

Empleo municipal. El debate sobre programas específicos para subvencionar a los ayuntamientos para que desarrollen proyectos de empleo en sus términos mantiene enfrentados a los sindicatos con el Gobierno. El borrador de orden preparado por el consejero de Economía para este fin no convence a los sindicatos.

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