Fiel a sí misma
Sólo conocida en España por los ciclos organizados por las distintas filmotecas y por Las citas de Ana (1978), una de sus mejores películas y la única estrenada comercialmente entre nosotros, la belga Chantal Akerman es uno de los grandes puntales del cine experimental, no-narrativo, underground, realizado en Europa durante la década de los setenta.Alumna aventajada de Godard, desde los sesenta trabaja en una sucesión de películas muy personales. Resulta extremadamente curioso que, al cabo del tiempo, casi 30 años después de su primera película, dirija Romance en Nueva York, que de alguna manera podría definirse como una historia romántica, una comedia de equívocos, rodada en Nueva York y París, con dos actores tan conocidos como la francesa Juliette Binoche y el norteamericano William Hurt.
Un divan á New York (Romance en Nueva York)
Directora: Chantal Akerman. Guionistas: Chantal Akerman, Jean-Louls Benoit. Fotografia: Dietrich Lolimann. Música: Sonia Wieder-Atherton. Bélgica, Francia, Alemania, 1996. Intérpretes: Juliette Binoche, William Hurt. Estreno en Madrid: Cid Campeador, Acteón, Bristol, Aluche, Excelsior.
A pesar de que está realizada en una época donde en cine sólo cuenta el número de espectadores y en literatura los ejemplares vendidos, Akerman consigue permanecer fiel a sí misma y Romance en Nueva York es una romántica comedia de equívocos con final feliz, pero realizada con su personal y característico estilo.
Rodada en gran parte en un apartamento de Nueva York y otro de París, reconstruidos en unos estudios alemanes, Chantal Akerman vuelve a utilizar sus planos largos, sus historias desdramatizadas, su peculiar y controlado estilo, que hoy se llamaría minimalista. La única diferencia con el resto de su obra es haber convencido a Juliette Binoche y William Hurt para trabajar por mucho menos dinero del que cobran habitualmente.
Esto ha significado, al menos entre nosotros, que. Romance en Nueva York sea manipulada para aprovechar que Juliette Binoche acaba de convertirse en la tercera actriz francesa que gana un Oscar y que está obteniendo un gran éxito una de sus últimas películas. En lugar de estrenarla en un par de cines pequeños en versión original subtitulada, la han estrenado en cinco cines grandes doblada.
Esto hace que haya desaparecido el bilingüismo, el juego con el inglés y el francés que caracteriza a la película en su versión original. El doblaje ha pasado sobre él como un tanque para reducirlo al más típico madrileño. Y además engaña al espectador, que cree que va a ver una tradicional película romántica con Juliette Binoche y se encuentra con una peculiar comedia experimental de Akerman.
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