Un pueblo bávaro defiende su tranquilidad frente al arte
Los habitantes del pueblo de Feldafing, situado junto al lago Starnberg en la Alta Baviera, unos 30 kilómetros al sur de Múnich, prefirieron su tranquilidad al arte y rechazaron, en referéndum y por abrumadora mayoría, la creación de un museo con cuadros valorados en 150 millones de marcos (12.500 millones de pesetas). Los cuadros, una colección de expresionistas alemanes, pertenecen al vecino de Feldafing Lothar-Günther Buchheim, autor del libro El submarino, que sirvió de base para el guión de la película del mismo título.Los vecinos del idílico pueblo bávaro acudieron a votar de forma masiva el pasado domingo, en el referéndum, para decidir si se abría o no el museo con los cuadros donados por Buchheim. La participación electoral fue masiva: un 75,27% de los 3.097 vecinos censados con derecho a voto, porcentaje muy superior al de las últimas elecciones municipales de hace un año en Baviera. El resultado fue abrumador: 61,01% contra el museo y sólo 36,28% a favor. Se cierra así una polémica de varios años entre los vecinos con resultado favorable para quienes se oponían a la creación de un museo , con el fin de evitar la llegada masiva de visitantes, que vendrían a turbar la paz en el idílico pueblo.
En la decisión en contra del museo ha representado, sin duda un papel nada desdeñable la difícil personalidad de Buchheim, residente en Feldafing desde el final de la guerra.
La decisión de los vecinos de Feldafing supone también una bofetada para el presidente de Baviera, el socialcristiano Edmund Stoiber (CSU), quien se había comprometido a fondo en favor del proyecto.
La solución a la disputa podría venir por vía eclesiástica en un lugar tan católico como Baviera. El abad de la vecina abadía benedictina de Andechs, Anselm Bigri, ha ofrecido sus moradas para dar asilo al museo. Considera el abad que "expresionismo y cultura monacal encajan bien". En la abadía se encuentra enterrado el compositor Carl Orff, autor de Carmina Burana. El abad argumenta que la compañía es buena, porque "Orff era un barroco bávaro y Buchheim un barroco sajón".
Babelia
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