Bergman declina recoger el gran premio que le ha otorgado Cannes
La gran ceremonia prevista para el próximo mes de mayo en la que debería entregarse el máximo galardón que jamás ha otorgado el Festival de Cannes a la carrera de un cineasta vivo ha dado lugar a una incómoda situación entre los organizadores y el cineasta elegido: el sueco Ingmar Bergman.
El motivo es que Bergman, de 89 años, se niega a acudir personalmente a recibir el premio argumentando que necesita su tiempo para terminar un libro en el que está trabajando y que, además, se encuentra en un estado anímico deprimido ya que no se ha recuperado de la pérdida de su última mujer, ocurrida hace un par de años.
Los organizadores del festival han recibido bastante mal la decisión del cineasta y su portavoz, Gilles Jacob, manifestó que se sienten tratados con arrogancia por parte de este director de teatro, escritor y autor de películas como Fresas salvajes (1957), Fanny y Alexander (1983) o La flauta mágica (1974).
Con motivo del cincuentenario del Festival de Cannes, se ha instituido un gran premio con el mismo nombre concedido por un jurado formado por los cineastas que han recibido la Palma de Oro de Cannes a lo largo de sus cincuenta años de historia. Entre otros, han recibido la Palma de Oro el japonés Akira Kurosawa, el inglés Mike Leigh, los norteamericanos Francis Ford Coppola, David Lynch y los hermanos Coen, el francés Maurice Pialat, el yugoslavo Emir Kusturica, el alemán Wim Wenders y el griego Costa Gavras. Este jurado decidió que el gran premio fuera para Bergman por considerarlo el mayor director de cine vivo.
Condiciones
Todos ellos, con excepción de Kurosawa, que tiene. 87 años y adujo motivos de salud para no asistir, iban a estar presentes en la ceremonia de entrega, que estaba previsto que fuera presidida por el presidente francés, Jacques Chirac.Según los organizadores del festival, Bergman había aceptado inicialmente asistir y había puesto algunas condiciones, como, por ejemplo, que un avión privado lo trasladara desde su residencia en la isla de Farö, en Gotland, directamente a Niza, y que no hubiera entrevistas periodísticas ni actos especiales de homenaje. La misma fuente señaló que se había accedido a todas esas condiciones en consideración al éxito de la ceremonia y a la personalidad del galardonado. El cambio de decisión de Bergman ha dejado en una situación desairada a los organizadores, que se sienten maltratados.
La solución insinuada para salvar en lo posible el éxito de la ceremonia, ya que es imposible anular la decisión de el jurado, es que la hija de Ingmar Bergman, Linn, que el cineasta tuvo con la actriz noruega Liv Ullman, pudiera recibir el premio en nombre de su padre.
Babelia
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