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El PSOE acusa al Gobierno de ocultar un recorte de gastos sociales en su Plan de Convergencia

El Programa de Convergencia, aprobado el viernes por el Gobierno, es inconcreto y poco creíble, según el PSOE. El principal partido de la oposición entiende que se plantean unos objetivos deseables pero dudosos porque no se especifica cómo se pueden alcanzar. El único ajuste anunciado afectará a los gastos corrientes, lo que, según el PSOE, tocará de lleno a las partidas sociales (pensiones, sanidad, educación), cuestión que el Gobierno no menciona. Junto a ello, habrá una "política desmelenada" de privatizaciones que el PSOE censura. Su portavoz parlamentario, Joaquín Almunia, pidió al Gobierno un debate en el Congreso sobre este programa y ofreció consenso sobre los grandes objetivos.

El PSOE dejó ayer claro que su oposición a este Programa quiere ser lo que se conoce como responsable. En resumen, dura crítica en el fondo pero sin afectar al objetivo prioritario; es decir, que España entre en el euro en el, examen de la primavera de 1998 y que se mantenga después en el club de los países de economía saneada sin especiales tensiones.Despejada la duda de una oposición radical, Almunia pidió al Gobierno que propicie un debate al respecto con todos los honores. En concreto, solicitó que el pleno del Congreso discuta el Programa de Convergencia y vote unas conclusiones. Y en este último aspecto, ofreció consenso al Gobierno sobre los grandes objetivos.

Tampoco la oposición de CiU a este Programa hasta que se resuelva el problema de la financiación de la Sanidad, dificultará el posible consenso, a juicio de Almunia. "No creo que CiU esté dibujando un aro para este debate", dijo el portavoz socialista en referencia jocosa a la afirmación de Jordi Pujol sobre los "aros" por los que "hemos hecho pasar" tanto al PSOE como al PP.

Acuerdo del PSOE en los objetivos, pero no en los caminos que se trazan. ¿Alguien puede estar en contra de que la economía crezca al 3,2%, que se creen un millón de empleos en cuatro años o que se reduzca el déficit hasta el 1,6% del PIB en el 2000? Naturalmente, nadie, aseveró Almunia. Otra cuestión es qué esfuerzos se requieren y si están bien repartidos.

Aquí el portavoz socialista en la comisión de Economía, Juan Manuel Eguiagaray, fue crítico especialmente con lo que el Programa, en su opinión, no dice. Según afirmó, la referencia que se hace a un ajuste en los gastos corrientes oculta en realidad un recorte en las partidas sociales. Si no, las cuentas no salen. "El Gobierno quiere reducir el déficit, bajar la presión fiscal y atender todas las necesidades de gasto y esto", añadió Joaquín Almunia, "es intentar la cuadratura del círculo".

Medidas inconcretas

Junto al recorte del gasto que se oculta, Eguiagaray dijo que el otro medio para lograr esos objetivos es una política "desmelenada" de privatizaciones. El inconveniente es, a juicio de Eguiagaray, que esto hace "poco sostenible" el modelo de equilibrio macroeconómico y presupuestario que se quiere alcanzar. El resto es "un enunciado de socorridas medidas estructurales" que tampoco se concretan, en opinión de Eguiagaray.En el capítulo fiscal, los socialistas se mostraron muy reticentes a la reforma del impuesto sobre la renta que vislumbran. Eguiagaray dijo que "nos llena de zozobra pensar que se vaya a seguir el camino emprendido; es decir, tratamiento desigual y desfiscalización de las rentas del capital".

Y una advertencia final: los datos del déficit de 1996 plantean bastantes dudas al PSOE ya que "a nosotros las cuentas no nos salen". "No vaya a ser", dijo Almunia, "que el Gobierno se esté engañando a sí mismo y a nosotros y luego tenga que adoptar medidas para cumplir los objetivos de déficit".

En sentido contrario, el PP expresó ayer su acuerdo con el Plan de Convergencia aprobado el viernes por el Gobierno. El portavoz de Economía, Ramón Aguirre, explicó que con él "se reafirma el compromiso español con la Unión Monetaria y tendrá efectos muy positivos en el crecimiento económico y en la creación de empleo, lo que derivará en un incremento de nuestra cohesión social".

Por el contrario, Izquierda Unida, lo considera "un verdadero engaño" ya que "de ninguna manera va a servir para crear puestos de trabajo", en la opinión del diputado Felipe Alcaraz que recoge Efe.

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