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PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL DE LA LENGUA ESPAÑOLA

La tiza y los mexicanismos

El congreso se abrió con la presentación, del Índice de mexicanismos elaborado por la Academia Mexicana. Se trata de un volumen de 562 páginas que recopila 69.566 palabras "propias del habla nacional" de México" o, como dice el director de la Academia, José Luis Martínez, "esos giros únicos y característicos del español que se habla en nuestro país".

El índice, que empieza por "abajar" y termina por "zitacuarense", es el primer paso para la elaboración de un nuevo diccionario de mexicanismos: las siguientes etapas serán un diccionario ortográfico, otro etimológico y, finalmente, las definiciones.

Las fuentes empleadas han sido 95 listas publicadas desde el siglo pasado hasta la fecha. La más antigua es el "Pequeño vocabulario de las voces provinciales" que acompañó a la tercera edición de El periquillo sarniento, novela de Joaquín Femández de Lizaldi publicada en 1831. La más reciente, el Diccionario de Mejicanismos (sic) de Francisco Santamaría, que apareció en 1959.

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El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española cuenta con 3.600 mexicanismos. Los 600 últimos fueron agregados en la vigésimoprimera edición, de 1992. En esa fecha, otros 400 vocablos propuestos por los mexicanos fueron excluidos.

Línea recta

El método de trabajo sigue la propuesta del pensador mexicano Gabriel Zaid, que recomienda, para elaborar un diccionario, olvidarse de la "línea recta" para "avanzar en espiral, que permite culminaciones sucesivas de cobertura cada vez más completa". En este caso, lo que ha hecho la Academia Mexicana, explica José Luis Martínez, ha sido completar un índice de vocablos de la A a la Z con una cobertura elemental, "y ampliar la cobertura en una segunda vuelta rápida, de la A a la Z, y así sucesivamente".Claro que no todos los lingüistas están de acuerdo con este tipo de trabajo. "¿Por qué un diccionario de mexicanismos, cuando no hay un diccionario de "castellanismos?", se pregunta Raúl Avila, de El Colegio de México. Son, al fin y al cabo, palabras incorporadas ya al habla de este país, explica, y no simples adornos.

De la profunda imbricación de las formas en que se habla el español que, como dijo el poeta mexicano Octavio Paz en su discurso inaugural del congreso, "garantiza la riqueza y la supervivencia de esta lengua", deja constancia el ejemplo puesto por el escritor Carlos Montemayor durante la presentación del Índice: para designar ese trozo de talco con que se escribe en la pizarra, los españoles decimos "tiza" que proviene de la palabra indígena náuhal "tizatl". Y los mexicanos hablan del "gis" de raíz griega, llevado a México por los españoles.

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