El Gobierno peruano y el MRTA acercan posturas en nuevas conversaciones
La comisión de garantes, integrada por Canadá, Santa Sede, Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Japón, Perú y Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), reanudó ayer las conversaciones encaminadas a resolver pacíficamente la crisis de los rehenes, que entra en momentos de mayor definición, pese a las todavía maximalistas declaraciones del presidente peruano, Alberto Fujimori, y de Néstor Cerpa Cartolini, jefe del comando del MRTA atrincherado con 72 rehenes en la residencia del embajador japonés en Lima.
Reacios los peruanos a la excarcelación de reos sentenciados por terrorismo, y buscando repetir mandato, Fujimori reiteró su promesa de no liberar a ningún preso declarado judicialmente culpable. Cerpa advierte que va a por todas: antes la muerte que el abandono de los compañeros apresados.Aparcado el asalto militar de la mansión tomada el 17 de diciembre porque Japón presiona intensamente para evitarlo, los miembros independientes de la comisión de garantes tratan aceleradamente de conciliar una fórmula intermedia, convencidos de que el Comandante Evaristo no desalojará la sede diplomática sin liberar a algunos de los más de 440 emerretistas presos. Todavía en borrador, ese arreglo en ciernes incluiría el indulto de reclusos no implicados en delitos de sangre ni pertenecientes a la dirección del MRTA.
El ánimo de los rehenes, mientras tanto, acusa el largo cautiverio y los altibajos de unas conversaciones complejas y erráticas porque se desarrollan en varios frentes y están sujetas a permanentes consultas. Fujimori se reunió ayer con la comisión de garantes para preparar un encuentro directo entre el delegado del Ejecutivo, ministro de Educación, Domingo Palermo, y Cerpa Cartolini. El gobernante confirmó el desaliento de los secuestrados: "Desde el punto de vista psicológico, su salud se está deteriorando, luego de más de cien días de reclusión. Sobre ese punto, no hay duda. Fue por eso que monseñor Juan Luis Cipriani regresó a Lima de manera imprevista el sábado, cuando lo tenía que hacer el lunes".
De vuelta a Lima, el obispo de Ayacucho, cabeza visible del Opus Dei en Perú y representante del Vaticano en la comisión, amonestó severamente al diario Expreso, que había clamado al cielo cuando trascendió la posibilidad de que internos del MRTA pudieran ser puestos en libertad en el marco de un acuerdo negociado. "¡El Perú dice no a la claudicación!", editorializó a cinco columnas y en portada. Y mientras la comisión de garantes se devana los sesos para acertar, el rotativo limeño cree haber dado en la diana. Propone desalojar a tiros la residencia diplomática una vez cumplido un ultimátum o asediarla por años hasta capturar a Cerpa manos en alto. "Me parece que a veces", denunció Cipriani, "hay alguien que todo lo que procuramos construir lo rompe".
"Hay avances"
El influyente garante, prelado de la confianza de Fujimori, resumió la situación: "Si ustedes me preguntan: 'Monseñor, no hay ningún avance', yo les respondo: '¡Mentira!'. 'Monseñor, mañana se acaba todo...'. ¡Mentira! Sí puedo decirles: sí, hay avances". Después, muy enfadado, criticó al periódico: "Pero, por amor de Dios, por respeto a las vidas... ¡No se escriba lo que se escribe de vez en cuando! ¡No le llamemos claudicación al perdón! Estoy seguro de que el Perú entero sabrá comprender una dimensión de perdón".Cualquier indulto o perdón al MRTA afrontará resistencias. También en la Iglesia. Especialmente furioso al respecto se manifestó el cardenal primado Augusto Vargas: en conferencia de prensa llamó mezquino, soberbio y chantajista a Cerpa Cartolini por no liberar a los rehenes y rechazó de plano la excarcelación de presos.
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