La Duma quiere desautorizar a Yeltsin ante Alemania y otros países de la UE

La Duma estatal superará el veto del presidente, Borís Yeltsin, a la ley sobre el derecho de propiedad de los bienes culturales trasladados a territorio de Rusia como resultado de la II Guerra Mundial, declaró este fin de semana Anatoli Lukiánov, jefe del Comité de Legislación de la Cámara baja. De ser así -cosa que, teniendo en cuenta la amplia mayoría con que fue aprobada dicha ley, es muy posible- Yeltsin se vería en una situación muy incómoda ante una serie de países occidentales, y en especial ante Alemania: el presidente ruso prometió al canciller alemán, Helmut Kohl, que devolvería los tesoros artísticos capturados por la URSS como trofeo durante la pasada conflagración mundial.

El presidente Yeltsin vetó el martes pasado la ley por la que se declaraba propiedad federal todas las obras de arte traídas de la Alemania nazi a Rusia por el Ejército soviético, con el argumento de que "fue adoptada sin tener en cuenta las normas del derecho internacional".Lo que está en juego tiene un valor incalculable: el oro de Troya (también conocido como el tesoro de Príamo); cuadros de Cézanne, Corot, Courbet, Daumier, Degas, Delacroix, Gauguin, Goya, Manet, Matisse, Monet, Picasso, Pissarro, Renoir, Van Gogh y de muchos otros grandes pintores. Los rusos se trajeron, además, colecciones enteras de libros, manuscritos, archivos privados y estatales (por ejemplo, el de los servicios secretos franceses, confiscados por los nazis en 1940 en París), e incluso documentos de numerosos bancos en Francia, Austria, Holanda, Rumania y otros países.

Yeltsin se comprometió ante Kohl, uno de los principales socios comerciales de Rusia, a devolver el botín capturado por los soviéticos, algo que Bonn exige desde hace años. Kohl incluso llegó a jactarse después de visitar a Yeltsin en septiembre de que para fines de 1996 el problema estaría resuelto y Alemania recuperaría sus tesoros artísticos. Las declaraciones de Kohl sólo consiguieron movilizar en Rusia a los enemigos de devolver el botín artístico.

Al vetar el martes, Yeltsin subrayó que la ley "debilita las posiciones rusas en las complejas conversaciones que se desarrollan actualmente con Alemania, Francia, Holanda, Hungría, Liechtenstein, Polonia y otros países". Para Mijaíl Shvidkoi, viceministro de Cultura y un especialista en museos, uno de los principales defectos de la ley es que el botín artístico se declara propiedad federal sin tener en cuenta a quién pertenecían con anterioridad sus piezas.

"Resulta entonces que aliados como Francia, que fue ocupada por los nazis, deben ahora compensarnos con sus obras por lo que robaron y destruyeron en Rusia los hitlerianos. Esto es un absurdo jurídico", señaló Shvidkoi. Que el Gobierno sé haya opuesto a la ley, no significa, sin embargo, que piensen devolverlo todo incondicionalmente. "No estamos tan locos como para hacer una cosa así", dijo Shvidkoi a EL PAÍS. "Ya hemos pasado la etapa de regalarlo todo. Debemos negociar cada colección, y a veces cada obra, y obtener una compensación razonable", agregó el viceministro de Cultura. Sin embargo, Alemania se niega a pagar o compensar porque se le devuelvan sus tesoros.