Reboiras sitúa en Roma un relato sobre "apariencias barrocas"

"Una novela inspirada en un juego de apariencias barrocas" es la definición que Ramón F. Reboiras (San Xulián de Laíño, 1961) ofrece de su última obra, El guardián de las ruinas (Tusquets), presentada ayer en Madrid por Luciano G. Egido, Javier Rioyo y Esther Tusquets. Manuel Montenegro, un periodista español exiliado en Roma, se ve envuelto durante el mes de agosto de 1963 en una trama de tentaciones y presagios. Acaba, de morir el papa Juan XXIII y los estudios de Chinechittà viven su apogeo."Para mí, Roma", explica Reboiras, "entraña una fascinación en la que se mezclan la belleza y las ruinas". El protagonista es un personaje solitario y abúlico devorado por un juego que ni él ni nadie comprende. Montenegro, "un desterrado español atrapado en una fantasmagoría", ha llegado a Roma tras un vago escándalo homosexual, y se lanza a investigar una serie de atentados de obras de arte en una ciudad incendiada por el verano.

Escritor y periodista, Reboiras publicó el año pasado Corazonada, su primera novela, de la que la crítica destacó su fuerza expresiva y su aliento poético. En El guardián de las ruinas intensifica el desarrollo narrativo y ofrece la recreación de una ciudad de contrastes y pasiones.