Arthur Miller: "El puritanismo seguirá siempre vivo en Estados Unidos"

Cuando Arthur Miller escribió en 1950 el drama Las brujas de Salem, utilizó la tragedia histórica de una caza contra supuestas hechiceras ocurrida en 1692 en la localidad de Salem como parábóla de otra caza, la del senador McCarthy contra los comunistas norteamericanos. Hoy, casi medio siglo después, MilIer cree que esa parábola sigue viva. "Y seguirá mientras exista el miedo y la histeria colectiva. Hoy se teme a los homosexuales o, incluso, a las mujeres", afirma el escritor, que encuentra en la multiplicación de juicios sin pruebas por presuntos abusos sexuales a niños el ejemplo de la actual caza de brujas en EE UU. "EI puritanismo seguirá siempre vivo en mi país", añade.

El estreno de la versión cinematográfica de El crisol, de Nicholas Hytner, coincide con la publicación en España. del .guión que Arthur Miller (Nueva York, 1915) ha escrito sobre su propia obra de teatro. La editorial Tusquets ha incluido en un mismo tomo el texto teatral y el guión. "Lo mejor de la adaptación al cine fue poder recrear el ambiente del pueblo de Salem", explicó Miller ayer en una entrevista telefónica desde su casa de Connecticut. "He podido incluir más personajes, algo que en la obra, donde apenas son una veintena, era imposible".Miller, que es candidato a los premios Oscar por la adaptación de su propia obra, considera "amargamente irónico" que precisamente esta película se haya producido en Hollywood, donde en los años cincuenta se produjo la devastadora caza del senador McCarthy contra directores, actores y escritores sospechosos de ser comunistas.

"El paso del tiempo condena al olvido la memoria de un país", señala Miller. "De todas formas, aunque quizá las generaciones más jóvenes no saben quién era McCarthy, las mayores e intermedias sí lo saben. Pero quizá esta película ayude a recordar muchas cosas que han ocurrido en este país".

El puritanismo siempre estará vivo en Estados Unidos", continúa Miller, uno de los grandes autores de la generación de la posguerra mundial que sigue siendo un infatigable agitador político de la izquierda americana. "El puritanismo está en las generaciones adultas, pero creo que no en las jóvenes. Yo nunca pierdo la fe en las nuevas generaciones", afirma el escritor.

Su casa de Connecticut

Este judío neoyorquino, casado tres veces (una de ellas con Marilyn Monroe), es padre de cuatro hijos y vive desde hace 35 años con la fotógrafa Inge Morath, madre de su hija Rebecca, quien durante el rodaje de El Crisol se casó con el protagonista del filme, Daniel Day-Lewis. "No está mal ¿eh?", dice el escritor sobre su nuevo yerno. Miller vive en la casa de campo de Connecticut que compró en 1956 con Marilyn Monroe y apenas se mueve de allí. Quienes han conocido su casa aseguran que siempre está llena de amigos de sus hijos, o de amigos de amigos que la convierten en un curioso reducto de un mundo intelectual americano del que Miller y su mujer son ya patriarcas. "En julio iré a Pamplona con mi mujer, inaugura allí una exposición. A ella le encanta España", dice Miller.Autor de casi una treintena de obras de teatro y varias novelas (una de las últimas, Una chica cualquiera, también acaba de ser publicada en España por Tusquets), Arthur Miller ha escrito: "En cualquier obra de teatro, por trivial que sea, tiene que haber como punto de apoyo una referencia moral con la que calibrar la acción".

Para Miller, el mayor cambio que ha vivido Estados Unidos en los últimos años ha sido la desaparición de la amenaza de Rusia. "Los años cincuenta se forjaron en tomo a ese miedo. Hoy no existe nada parecido y por ello la percepción de la realidad se ha modificado. La gran amenaza ha dado paso a pequeñas amenazas: la amenaza de los homosexuales, incluso la de las mujeres. Lo único que no cambia es la necesidad de encontrar grupos amenazadores".

Miller habla de "histeria colectiva" y señala la actual multiplicación de juicios por supuestos abusos sexuales como la caza de brujas de estos días en Estados Unidos. "Existen lugares, en este y en otros países, donde la histeria colectiva lleva a situaciones extremas. Por ejemplo, últimamente en este país se está llevando a los tribunales a mucha gente por abusos sexuales a niños cuando sólo hay sospechas y ningún hecho. Recienteni ente hemos tenido el caso del profesor de una escuela que ha ido a la cárcel sin ninguna prueba concluyente. Eso es algo que prueba que el drama de Las brujas de Salem sigue vivo".

La censura de los estudios

El éxito del guión para la película de John Huston Vidas rebeldes no fue suficiente para que Arthur Miller siguiera trabajando para el cine. Sólo la adaptación de su obra, producida en parte por uno de sus hijos y en cuyo rodaje el escritor ha participado activamente, le ha devuelto a una industria con la que nunca simpatizó y que recibió mal que su más preciada estrella se casara con él, un dramaturgo de izquierdas alejado de todo glamour. "Tengo un problema con los guiones por culpa de los estudios", asegura. "Los guionistas no tienen la independencia de un dramaturgo o un novelista por la constante censura de los estudios y de los directores. De esa forma, es duro que me apetezca escribir guiones".