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La casa del ballet

La gran novedad en la política de Juan Cambreleng es darle cabida a los Ballets Nacionales dentro del Teatro Real como su casa natural. De hecho, la inclusión de El sombrero de tres picos en el programa inaugural "es un símbolo de esta voluntad de integrar la danza en su justo papel dentro del teatro". Este cambio contrasta con los criterios de los anteriores gestores, que no querían oír hablar de ballet estable. Cambreleng puntualiza: "Ésta debe ser la casa natural de los ballets nacionales, y no hay más que ver las soberbias instalaciones que tenemos y que pondremos a su disposición. Antes no se había pensado en eso".Con el tema del ballet, Juan Cambreleng quiere dar un giro de 180 grados a la política que habían impuesto Lissner y Salgado: "Esta debe ser su residencia básica, tanto del Ballet Nacional de España como de la Compañía Nacional de Danza que dirige Nacho Duato. La configuración actual de la compañía de Duato, que no es exactamente clásica, ocasiona la falta de un cuerpo de ballet para su aparición en grandes títulos del repertorio de ópera que contienen ballets, como Aida, lo que nos haría revisar este aspecto e ir a la creación de ese cuerpo de ballet, o una agrupación en sentido estricto al servicio de las óperas".

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