Cambreleng asegura que el caché máximo de los cantantes en el Real será tres millones
El gerente del teatro se muestra "inquieto" por la premura con que se hará la plantilla
A siete escasos meses de la inauguración del Teatro Real, Juan Cambreleng, nuevo gerente del coliseo madileño, reconoce la inquietud que le produce, la puesta en marcha de tan gigantesca maquinaria sin un sastrecillo valiente,ni peluqueros, coros o tramoyistas -todos aún por contratar-:"Estamos en ello. La situación no me asusta, pero me inquieta. No dejamos pasar ni un día en la selección y entrenamiento del personal. Pero se hará con austeridad de cara a no engrosar inútilmente la plantilla". Cambreleng insiste en que no pagará altos precios por los cantantes famosos.
En un austero despacho sin más decoración que un huérfano sofá y un teléfono, Juan Cambreleng pide un voto de confianza. No se quiere sentir responsable de los descalabros anteriores en la restauración y puesta en marcha del Teatro Real de Madrid, esos errores de bulto que van desde la arquitectura postiza a los desatinos en la contratación de! estrellas. "Pienso seguir con la política de Lissner de no pagar más de tres millones a ningún cantante", dice Cambreleng respecto a la anómala situación de los últimos años en España, cuando se pagaba a los artistas cachés muy superiores a la media internacional; "es más, yo lo habría rebajado más aún. Se trata de hacer del Real un teatro imprescindible del circuito europeo donde los artistas vengan a. trabajar porque se hacen las cosas bien y no a cobrar cifras exageradas que no se pagan ya en ningún sitio".La cruda realidad es que el Teatro Real no tiene, hoy por hoy, a pesar de su gran continente, muchos contenidos propios. No hay coro, no hay ballet y la orquesta que figurará en el foso es una agrupación privada contratada a tal efecto. Cambreleng insiste: "Si las circunstancias lo recomiendan así continuaremos con la Orquesta Sinfónica de Madrid, la antigua Arbós, siempre que las partes estén de acuerdo y que se confirme la calidad que yo quiero para este teatro".
La relación entre el Teatro de la Zarzuela y el Teatro Real es otro de los grandes temas. que alcanza su gestión: "La idea de una fundación titular de los dos teatros me parece óptima,, partiendo de que los dos teatros de Madrid estén coordinados, lo que brinda en este caso un instrumento vailosísimo de programación. Mi idea es que el Teatro de La Zarzuela insista y tenga su mayor peso de programación en el género chico, en la zarzuela española, lo que no quiere decir que allí no pueda verse además un tipo determinado de óperas, ballets y conciertos".
Coro a escala
El asunto del coro es uno (le los que más preocupa, por su urgencia, al nuevo gerente: "Yo necesito un coro a una escala que permita aumentarlo en cuanto a las exigencias de un título determinado. En este sentido, hay que elaborar una temporada que contemple esto. Ésa es la única manera de no cargarnos de nómina excesiva. Pienso que debe ser un coro con su mentalidad y su rigor en el comportamiento escénico. A corto plazo lo tengo resuelto, pero no dejo de planteármelo para la siguiente temporada, donde debe estar resuelto definitivamente"."De momento, lo que está previsto es ofrecer cinco representaciones de cada título", dice Cambreleng sobre la prirmera temporada, que comienza el 11 de octubre, "exceptuando el caso de Porgy and Bess, que tendrá ocho, por su carácter más moderno, música más asequible sacada del jazz y de la música negra norteamericana y popular, y que se pensó podría atraer un público no habitual. La vida breve tendrá seis funciones, pues la primera es la meramente institucional, donde los Reyes van a recibir a sus invitados".
El programa de La vida breve se ha completado finalmente con el ballet EL sombrero de tres picos conformando un programa Falla: "Darernos El sombrero... en la versión de Antonio Ruiz Soler con los diseños de Picasso, usando la producción del Ballet Nacional de España, pero lo bailará la Compañia Andaluza de Danza, ya que el Ballet Nacional en esas fechas está de gira por el extranjero. Pero en esto no quiero ser mecánico. Habrá títulos que exigan más funciones que otros de acuerdo a su aceptación y popularidad".
Al principio, Juan Cambreleng fue presentado por Miguel Ángel Cortés como un gerente que no entraría en las funciones de director artístico: "Existía un poco ese temor, se querían distanciar las funciones. Pero la práctica ha demostrado lo contrario. No hay actualmente un director musical. Hay colaboradores míos localizados en funciones específicas, pero el gerente finalmente debe supervisar y valorar esos trabajos artísticos". Cambreleng se mantiene firme en cuanto al asunto de las contrataciones y el uso de los presupuestos: "No sé si era justo ni acertado comenzar la andadura del Real con una ópera de 400 millones de pesetas, como era el caso del Parsifal dirigido por Maazel".
La selección y nombramiento del director musical ha traído más de un sinsabor. El caso más notorio ha sido el de Rafael Frühbeck de Burgos. Cambreleng apunta: "Yo tenía el encargo y el voto - de confianza del patronato de sentarme con el maestro Frühbeck para ver en qué condiciones se podía in tegrar como director de esta casa. Pero, al parecer, el maestro no se ha sentido contento porque no se le dio la posibilidad del estreno del teatro con La vida breve y así rechazó el puesto y hasta dirigir Un ballo in maschera. Es una puerta que él ha cerrado. Por otra parte, ha cuestionado públicamente la bondad de este proyecto. Ten drá que pasar mucho tiempo para que se convenza de que el Teatro Real está en buenas manos.Entonces, si le apetece ve nir, ya se vería en su momento la conveniencia para este teatro de su regreso".
