Un abogado de la Junta Militar argentina, detenido en pleno escándalo sexual
![Juan Jesús Aznárez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F6c0df8bd-0ff3-4468-936e-c96fafaa26b6.png?auth=b5d935e44f236e02ca04903532080bbde3883da024a5334989732c8e86c47147&width=100&height=100&smart=true)
Su esposa lo ha echado de casa, y el ministro de Justicia le pide juicio político. El juez argentino Héctor Joaquín Ramos, 62 años, abogado del almirante Jorge Anaya en el juicio a los comandantes de la última dictadura militar, fue detenido durante varias horas por conducta indecorosa en un picadero de Buenos Aires.Tenido por sus allegados como persona seria y prudente, sus maneras en el establecimiento recreativo fueron a todas luces reprochables: abrazado a un botella de Chandon, dando tumbos, se comportó violentamente con los conserjes, y faltón con la autoridad que le llamaba al orden. A un policía le arrebató la gorra de la cabeza y se la puso él. Y además de expresarse en términos impropios de la alta magistratura, le acompañaba "por una señorita mucho más joven que él", precisa el parte policial.
Atentado a la moral
La judicatura argentina, acosada con frecuentes cargos de corrupción, asiste ahora al flagrante atentado a la moral y las buenas costumbres perpetrado por un destacado miembro de la institución: asesor de la Comisión de Juicio Político del Congreso entre 1991 y 1993, Héctor Joaquín Ramos, fue nombrado juez de instrucción por el Senado con el apoyo de la mayoría gubernamental, a la que se le vincula en las reseñas sobre su trayectoria profesional. Ramos redactó el informe que no observó mérito para procesar a la juez María Servini de Cubría por supuestas irregularidades en una investigación sobre blanqueo de narcodólares en la que se implicó a Amira Yoma, cuñada del presidente Carlos Menem.
Ebrio, el juez Ramos, se personó la madrugada del pasado día 7,con la señorita citada en el auto, de unos 28 años, en el motel Mónaco. Alquiló por 54 pesos (5.000 pesetas) una suite con hidromasaje, y encargó champaña. Aproximadamente una hora después, la joven huía de la habitación, por razones que se investigan, incumpliendo las rígidas normas de estos locales de esparcimiento amoroso que establecen la obligatoriedad de que la pareja lo abandone al mismo tiempo. El conserje José Luis Lores subió para informarse. Entreabierta la puerta de la estancia, asomó la cabeza musitando respetuosamente "señor, señor..." Grande fue la sorpresa de Lores cuando vió al magistrado, en calzoncillos, desencajado, agresivo, con la botella de Chandon vacía a modo de estaca. Con ella recibió el conserje cuatro golpes: uno en la testa y tres en el brazo. Pudo huir, y llamó a la policía.
Personada la autoridad en el lugar, el juez se encontraba hecho unos zorros aunque lúcido para envalentonarse con el subinspector al cargo, Pablo Varela: "Llámelo a Perachi [por el jefe de la policía federal], llámelo a Navedo [director general de Comisarías]. A vos te mando a la Antártida de pase. No sabes con quien te estás. Sos un forro. Ya te voy a tener en mi juzgado".
Las maldiciones prosiguieron en jerga para iniciados: "Te voy a bajar la preventiva y te mando del forro del culo al pabellón cinco". Antes intentó la agresión física, según consta en el oficio: "lmprevistamente y sin mediar palabra ( ... ) despojándose de la botella le arrancó la gorra de la cabeza al policía y se la puso él, para acto seguido propinarle un fuerte empellón que dio por el piso con el oficial". En esas cayó él, y el ojo izquierdo quedó en compota. Conocido el escándalo, el juez togado pidió baja temporal "por razones anímicas".
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