El Grupo Popular pide más medios policiales para luchar contra las redes de delincuencia en Internet
La solvencia económica y la alta profesionalización, junto a la ingenieria tecnológica que exhiben las redes de delincuencia cibernética, han minado la respuesta de las policías para luchar contra la moderna. delincuencia que se mueve a sus anchas por la red Internet."La capacidad de los Estados es de inferioridad", manifestó ayer el portavoz de Interior en el Congreso del PP Ignacio Gil Lázaro, quien ayer anunció una proposición no de ley en la que su grupo insta al Gobierno a "profundizar en el desarrollo de las medidas policiales ya adoptadas para prevenir utilizaciones delictivas de la red Internet".
Los servicios policiales necesitan para ponerse al día especialización, mayores dotaciones humanas y más medios tecnológicos y formativos, según Gil. Los resultados cosechados en la lucha contra esta vanguardia delictiva son exiguos. Para ilustrarlo Gil informó de que sólo un 1% de los intentos llevados a cabo por el FBI, en EE UU en descifrar datos y claves de estas redes han resultado positivos."Es obvio que los Estados tienen que establecer medios concretos estrictamente operativos y policiales para cerrar el uso espurio de las redes de telemática, sin perder el espacio de progreso y libertad", manifestó Gil, quien abogó por abrir un debate transnacional, tras lamentar la disparidad de las legislaciones nacionales.
Las preferencias de las redes delictivas que usan Internet afectan al terrorismo, narcotráfico, delitos económicos y la explotación de tráfico de personas, sobre todo el mercado sexual de menores. Sus fechorías atañen a varios apartados de la red: en el sistema informático, con la difusión ilegal de copias; en el correo electrónico, violando el derecho a la intimidad; y en los sistemas de datos, defraudando económicamente en fondos de inversión y en las tarjetas de crédito. Incluso con una vertiente lúdica: un "fenómeno de juego mediante casinos electrónicos".
La preocupación se extiende ahora no sólo a que las redes puedan perpetrar el delito, sino a que dejen información para que otros delinquan.
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