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Revuelo en el Reino Unido por el enterramiento de 'vacas locas'

Isabel Ferrer

Douglas Hoog, ministro británico de Agricultura, lastrado por la crisis de las vacas locas, ha tropezado ahora con su propio departamento. Tras haber admitido que los cadáveres de más de 6.000 reses afectadas por la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), fueron enterrados hasta 1991 en diversas fosas repartidas por todo el país, una puntualización oficial indicó anoche que no existe requisito legal alguno para incinerarlos. Las normas de higiene patrocinadas por la Unión Europea consideran "insalubres y peligrosas " dichas tumbas por considerar que la infección podría contaminar la tierra o los acuíferos destinados al agua potable.Hoog mencionó la cifra en una respuesta escrita dada la pasada semana a la oposición laborista en la Cámara de los Comunes. Gavin Strang, su portavoz, le pidió explicaciones sobre la destrucción y almacenaje de los restos de reses afectadas por la EEB y mayores de 30 meses.

"Hay unos 6.117 casos sospechosos enterrados, es decir, un 3% del total sacrificado". En sus primeras declaraciones, el ministro no pudo especificar cuántos cadáveres han corrido la misma suerte desde 1988. "Saberlo con certeza costaría sumas exhorbitantes, puesto que los informes no están centralizados", afirma el rotativo The Independent.

Del nuevo redactado de sus declaraciones a Strang se desprende que, desde 1991, sólo cuatro cadáveres de reses han sido enterrados "decapitados" en granjas apartadas y no en fosas.

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