Umbral: "Los godos eran ya la Derechona"
El escritor reúne sus comentarios sobre el tiempo de gobierno de Aznar y el PP
El aumentativo de la Derechona y el diminutivo de Aznarín son los dos pilares que sostienen la diana contra la que Francisco Umbral ha lanzado sus dardos en los últimos meses. Entre el magma blandengue que resume los viejos hábitos de la derecha de siempre y la grisura del funcionario que preside el actual Gobierno del PP, la ironía de Umbral se siente a sus anchas para trazar en La Derechona (Planeta) una visión desoladora de la España de hoy.
El estilo de Francisco Umbral es una apisonadora que avanza triturando cuanto se le pone en su camino. A veces tiene la virtud de la exactitud, como cuando define a Aznar con estos términos: "Un señor que vive en diminutivo, manda en diminutivo, existe en diminutivo y habla en diminutivo. En cambio, se ríe en aumentativo". Otras veces, sus hallazgos provienen de una adjetivación sorprendente, como cuando afirma que Loyola: de Palacio tiene un "cuerpo indiscernible". La agilidad con que combina palabras de rancio abolengo con modismos de actualidad, su radical falta de respeto por lo establecido y una sana ironía para con los poderes establecidos son otras de las características que han hecho de sus textos periodísticos punto de referencia para muchos lectores.Umbral considera que el escritor que escribe "para los periódicos" "tiene que ser crítico, lúcido y sincero", y, en buena medida, son condiciones que reúne La Derechona, un libro que recupera una selección de sus columnas en El Mundo, a las que ha añadido textos de nueva cosecha que las sitúan y contextualizan, amén de una colección de poemas, dedicados a personajes de la derecha, llenos de sarcasmos y mala leche.
Los arrebatos provocadores, que salpican sus columnas aquí y allá, desaparecen en la conversación con el escritor. Desgrana con paciencia y corrección algunas ideas genéricas sobre su libro. Dice que la Derechona es ese magma que conserva una "vieja y perpetua complicidad con la Iglesia, con determinados generales, con algunos banqueros y bolsas de riqueza; esa complicidad con el viejo poder de España, con los que han sido desde siempre los dueños de este país". Dice que "estamos metidos en el lío ése de Maastricht" y que, por tanto, "el viejo capitalismo español se ha modernizado en sus formas y procedimientos para equipararse al neocapitalismo de Estados Unidos y demás".
Fingimiento
Dice, para definir lo que llama "el complejo de la derecha", que hoy en este sector "hay un fingimiento en las conductas, en las maneras, en los modales, con el afán de asimilar la cultura de la progresía: el hecho de que Aznar pretenda apropiarse de Azaña revela esa voluntad de entrar a saco en el espíritu de la II República, y eso es algo a lo que no tiene ningún derecho". También dice, que "estamos todos en la misma órbita, en la misma pompa, y las diferencias entre izquierda y derecha sólo pueden darse en los matices". "La derecha de hoy", añade, "está haciendo cosas típicas de la cultura de la derecha de toda la vida, y ahí están las reformas de la plaza de Oriente para ilustrarlo. Pueden maquillarla con los argumentos que quieran, pero no deja de responder a unos intereses prácticos muy concretos, a los que no van a detener ni restos arqueológicos ni nada de nada".Umbral, que reconoce tener un estilo diferente según el tema que trate -"si hablo de las señoras, me pongo lírico; si escribo de los políticos, utilizo la ironía", ha escrito en su libro que "el intelectual es la puta más cara del político. Y la más peligrosa", después de afirmar unas líneas antes: "Estamos hartos de los políticos de uno y otro bando que nos usan como putas. Venga la pasta, que yo seguiré escribiendo lo que me dé la gana". Esta actitud, que cuadra más con el personaje que el escritor ha cultivado a través de su prosa periodística, irrumpe durante la comida de presentación del libro para subrayar la rancia procedencia del talante de las gentes que hoy gobiernan España: "Los godos eran ya la Derechona".
Antes, y lejos de la actitud provocadora que lo caracteriza, Francisco Umbral reflexionaba sobre el que, a su juicio, es el problema más grave de la España del presente: "La crisis más peligrosa que sufre hoy el sistema es la degradación de la justicia. No me. refiero a las actitudes de los que trabajan en esa esfera, sino al hecho de observar que la justicia está en este país bajo sospecha. Y un país que no tiene confianza en su sistema jurídico es un país que vive en precario".
Babelia
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