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NUEVA SEGURIDAD EN EUROPA

Yeltsin augura un pacto con Clinton sobre la OTAN

El líder ruso, Borís Yeltsin, declaró ayer que confiaba en poder llegar a un acuerdo con el presidente norteamericano, Bill Clinton, en lo que respecta a las relaciones de la OTAN y Rusia, en la cumbre que celebrará los próximos 20 y 21 de marzo en Helsinki. Yeltsin, que depositó una ofrenda floral junto a la Tumba del Soldado Desconocido, participó ayer por primera vez desde hace ocho meses en una ceremonia pública, al aire libre, con presencia de periodistas.

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Yeltsin reiteró junto a las murallas del Kremlin su posición negativa a la ampliación de la OTAN, cuyos miembros, cree, "han ido demasiado lejos". "La primera tarea es frenar este proceso y al mismo tiempo impedir un retorno al enfrentamiento", declaró el líder ruso, que considera necesario llegar a un compromiso con Occidente."Confío en que llegaremos a ese compromiso durante la reunión con el presidente de EE UU, Bill Clinton, en Helsinki", agregó Yeltsin, que, después de depositar la ofrenda floral con motivo del Día de los Defensores de la Patria, como se denomina ahora la fiesta del Ejército Rojo, se acercó a conversar con los periodistas. El líder ruso aseguró que se ha restablecido "completamente después de la operación [de corazón] y de la neumonía doble",, pero dijo que aún debe recuperar un poco sus fuerzas. "Durante la enfermedad perdí 26 kilos de peso, pero siento que estoy recobrando las fuerzas", señaló.Yeltsin calificó los intentos de la Duma Estatal de destituirle por motivos de salud de "juego político de clara tendencia comunista", aunque afirmó que son intentos "inútiles". "Soy" dijo el presidente ruso, "un luchador, y continúo siéndolo. Puedo devolver el golpe incluso a la Duma Estatal". Las declaraciones de Yeltsin muestran que no tiene conciencia de la crisis de poder que actualmente existe en el país y que no facilitará la tarea de sus partidarios, que en estos últimos tiempos buscan frenéticamente una salida para, en caso de una recaída de Yeltsin que no le permitiera cumplir sus funciones de presidente o de un fallecimiento repentino, poder impedir la celebración de elecciones anticipadas y así evitar el triunfo de Alexandr Lébed.

Yeltsin está en contra de modificar la Constitución, y con ello ha cerrado la posibilidad de que el primer ministro, Víktor Chernomirdin, pudiera, en caso de incapacidad o muerte del presidente, ejercer la jefatura del Estado no temporalmente, por tres meses, como actualmente lo establece la ley, sino hasta el fin del mandato en curso.Ante la negativa de Yeltsin a la reforma constitucional, algunos reformistas han lanzado la idea de realizar lo que llaman "elecciones preliminares" a la presidencia en ocho o diez pro vincias de Rusia, para así determinar quién debe ser el candi dato único de las fuerzas democráticas tanto para los comicios del 2000 como para el caso de unas elecciones anticipadas. Actualmente, los políticos con más posibilidades de frenar a Lébed son Chernomirdin o el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov.Yeltsin, independientemente de lo que él mismo crea, no tiene una salud de hierro. Por muy recuperado que se le viese ayer en comparación -con el aspecto que tenía hace un mes, está claro que ya no volverá a ser el enérgico candidato a la presidencia de la primavera pasada.

Enfermedad de Parkinson

Aparentemente , Yeltsin sufre la enfermedad de Parkinson, como han vuelto a confirmar fuentes cercanas al presidente, desmintiendo al médico jefe del Kremlin, Serguéi Mirónov. El jueves, éste declaró que "el pequeño temblor" de las manos de Yeltsin se debía a una "antigua lesión deportiva". Por lo demás, a pesar de que el líder ruso dijo sentirse completamente sano después de la operación de corazón que le hicieron a principios de noviembre y de la neumonía que padeció en enero, Mirónov señaló que el proceso de recuperación de Yeltsin continúa y que espera verlo recobrado sólo dentro de "tres o cuatro semanas". Mientras tanto, la oposición rusa reunió ayer a miles de personas en manifestaciones y mítines celebrados con motivo del "79º aniversario de la creación del Ejército Rojo". Los comunistas, que están tratando de capitalizar el descontento reinante en las Fuerzas Armadas de Rusia, marcharon por el centro de Moscú hasta la plaza Lubianka bajo el lema de "El Pueblo está con el Ejército, y el Ejército, con el Pueblo". Entre los manifestantes, que exigían medidas urgentes para aliviar la desesperada situación de los militares, se podía ver a numerosos hombres de uniforme.

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