Panamá aboga por una solución supranacional al problema del 'narco'
Panamá es decididamente un país de comercio. "De comercio de drogas y de rosarios", según Ricardo Alberto Arias, 58 años, ministro de Relaciones Exteriores panameño, de visita oficial en Madrid, donde ayer se entrevistó con el presidente del Gobierno español, José María Aznar, y almorzó con su homólogo Abel Matutes. La metáfora barroca no resta un ápice de seriedad al tema: Arias reconoce que el narcotráfico y el lavado de dinero es un problema grave en Panamá. Probablemente el más grave. Y que no se soluciona de forma aislada ni bilateralmente con EE UU, sino con un esfuerzo de integración regional que, sin embargo, nadie ve por ninguna parte, voluntaristas declaraciones oficiales aparte.El ministro panameño defiende el derecho de EE UU a la certificación, el polémico proceso por el que Washington decide qué países colaboran honestamente contra el narco y cuáles no. A estos últimos la Casa Blanca les niega ayudas bilaterales.
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