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Corea del Norte acepta la fuga al Sur del dirigente refugiado en Pekín con el fin de desactivar la crisis

Corea del Norte parece aceptar como irremediable el fuerte golpe sufrido tras la huida de Hwang Jang Yop, el alto funcionario que desde hace casi una semana se halla refugiado en la Embajada de Corea del Sur en Pekín. Un portavoz oficial dijo ayer que el hermético régimen estalinista considerará a Hwang como "un renegado" si se demuestra que ha buscado voluntariamente asilo político. Pyongyang, que hasta ahora no admitía otra tesis que la del secuestro por parte de agentes surcoreanos, ha pedido a China que acelere las investigaciones para solucionar el caso.

Hwang, el más alto funcionario norcoreano que, huye del país, celebró ayer en la soledad del encierro su 74º cumpleaños. El embajador de Pyongyang en Pekín se reunió con funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores chino con vistas a solucionar cuanto antes el incómodo asunto. La Embajada surcoreana continúa fuertemente custodiada por policías y soldados chinos, y en sus alrededores mantiene amenazadora vigilancia agentes del Norte, aunque en menor número que el día anterior.Si son ciertas tres cartas que Hwang escribió el pasado noviembre y publicadas ahora por la prensa de Seúl, el dirigente norcoreano fugado temía que iba a ser víctima de una purga, informa Le Monde. Teórico de pensamiento juche (autosuficiencia e independencia), el dogma político de Corea del Norte, Hwang fue uno de los iniciadores en el marxismo-leninismo del actual líder, Kim Jong II, hijo del fundador de la patria, Kim II Sung. Sin embargo, desde la muerte de éste en 1994, ha sido relegado del puesto 13º al 24º en la jerarquía del partido.

Hwang sostenía ahora que la filosofía juche debía ser refundada y adaptada a una necesaria apertura. El propio Kim Jong II ha denunciado a quienes no reconocen la filosofía fundada por Kim II Sung "como un pensamiento revolucionario auténticamente coreano".

Entretanto, Corea del Sur sigue en estado de alerta. Cerca de 10.000 agentes y soldados protegen lugares públicos, carreteras, puertos y aeropuertos al tiempo que tratan de capturar a los presuntos espías norcoreanos que el sábado por la tarde atentaron contra Lee Han Young, sobrino de' la primera esposa de Kim Jong II. Seúl acusó el domingo directamente a Pyongyang de ser responsable del ataque como respuesta a la fuga de Hwang. Lee, cuya huida en 1982 fue ocultada hasta el año pasado, temía ser objeto de un atentado y se había hecho la cirugía plástica.

Alrededor de 600 norcoreanos viven refugiados al otro lado de la frontera y se calcula que esa cifra se puede incrementar en los próximos meses como consecuencia de la penuria alimentaria que se vive en el Norte.

El Gobierno del Sur ha subrayado su interés por reanudar las negociaciones de paz con el Norte. La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright instó ayer a las dos partes a volver a la mesa de diálogo y confirmó que su país va a enviar alimentos a Corea del Norte.

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