Privatización de la Sanidad pública
El Gobierno no para de repetir la "no privatización de la Sanidad" en nuestro país. Tanta insistencia hace pensar que están ocultando algo.En el sentido literal de los términos es posible que tengan razón, las instituciones seguirán teniendo titularidad pública, los sueldos de los empleados se pagarán con los fondos del Estado y las infraestructuras seguirán siendo propiedad de todos los españoles. Pero analizando las medidas que están aplicando y las que dicen que van a aplicar es fácil darse cuenta que los efectos sobre la atención, sanitaria de lo que están haciendo son todavía peores que una auténtica privatización.
La finalidad de una fundación, teóricamente sin ánimo de lucro, es equiparable al legítimo enriquecimiento que persigue un hospital privado. Un centro asistencial privado pretende que sus ingresos sean mayores que sus gastos y así obtener unos dividendos que se repartirán sus propietarios; se busca un saldo positivo.
Los dirigentes de una fundación (no hay carrera profesional de gestión sanitaria, los directivos se nombran a dedo) tienen que conseguir, con unos ingresos prefijados en función de las disponibilidades presupuestarias, que sus empleados cubran las necesidades asistenciales de una población cuyas enfermedades no se pueden predeterminar. Esto se conseguirá presionando a unos profesionales que tendrán empleos en precario y unos sueldos vinculados a objetivos de cifras, para que regulen la demanda, pues es bien sabido por todos que los pacientes normalmente hacen lo que los médicos les recomiendan, se harán menos resonancias, se darán altas prematuras, se usarán prótesis más baratas, etcétera; de este modo se recortarán los gastos y se conseguirá que el saldo no sea negativo.-
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