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Fallece en París el jazzista Lou Bennett

El organista estadounidense, de 70 años, estaba muy vinculado a España

El organista de jazz Lou Bennett falleció ayer en París a los 70 años, a causa de una insuficiencia respiratoria producida por un paro cardiaco. Bennett, al que hace años le había sido diagnosticado un enfisema pulmonar, nació en Filadelfia en 1926 y era martiniqués por parte paterna (su nombre real era Jean Louis Benoit). En 1951 comenzó su carrera en EE UU, pero en 1960 actuó en París y decidió quedarse, En la década de los sesenta visitó por primera vez España y en 1970 fijó su residencia en Cambrils (Tarragona). Desde entonces compartió su vida entre la costa catalana y la capital francesa, donde sus actuaciones -casi siempre en trío- fueron una atracción habitual en el local Blue Note.

, Hacía tiempo que, por motivos de salud, los médicos le habían recomendado alejarse del ambiente cargado de los clubes de jazz, pero todo fue inútil: Lou Bennett permaneció fiel a su es pacio natural y a la herramienta que le había permitido expresar todo su orgullo racial.Bennett nació en Filadelfia el 18 de mayo de 1926 y en su sangre llevaba la calidez de la sangre antillana. Como en tantos otros casos, creció con ecos de música religiosa como fondo y, animado por su abuela, aprendió a acompañar los cantos litúrgicos. Su vocación musical siempre fue fuerte y profunda, pero la determinación de convertirse en profesional se demoró hasta que, ya licenciado del Ejército, decidió formar un trío inspirado en el del pianista Nat King Cole, una idea que, a finales de la década de los cuarenta, no resultaba lo suficientemente original como para buscarse un, hueco en la saturada escena norteamericana.

Sus conocimientos de electrónica y un impactante concierto del tórrido organista Wild Bill Davis le ayudarían a encontrar la solución al problema de la singularidad. Ya al frente de un órgano sometido a continua metamorfosis técnica, Bennett recorrió buena parte de los locales de la Costa Este norteamericana hasta que recaló en Nueva York y trabó amistad con algunos rnúsicos expertos en la caza del contrató perdido. Precisamente uno de ellos, el cantante Babs Gonzales, le descubrió que al otro lado del Atlántico existía un público inquieto y receptivo a las músicas de raíz negra. Así, en 1960, se presentó en el parisino Blue Note y grabó un disco, titulado Amen, que le permitió darse a conocer en el continente que desde entonces se convertiría en su casi único escenario. Realizó frecuentes visitas al mismo club hasta 1968, junto a guitarristas de la talla de Jimmy Gourley y Philip Catherine, pero su corazón empezaba a dividirse.En 1962 ya había visitado el local barcelonés Jamboree y había empezado a interesarse por todo lo español -excepto su idioma, que nunca consiguió dominar-. El sonido único que salía de su órgano, conocido como la Bennett Machine, comenzó a formar parte del paisaje musical español, y con los años, su presencia en los escenarios nacionales se hizo más deseada: su música, una sugerente síntesis de gospell, blues y jazz, ganó incondicionales en cada concierto.

En la recta final de su carrera, su estilo había encontrado la serena expresividad de la madurez. Los gestos primitivos de antaño se convirtieron en una manifestación honda y espontánea que resumía las influencias adquiridas a lo largo de una trayectoria particularmente densa y activa. Entre su no muy nutrida producción discográfica destacan los discos Meeting Mr. Thomas, que grabó junto al extraordinario guitarrista René Thomas, y Hello Mr. Bennett.

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