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Muere Bohumil Hrabal, el gran autor checo de 'Trenes rigurosamente vigilados'

El escritor cayó de un quinto piso mientras daba de comer a las palomas

El escritor checo Bohumil Hrabal, uno de los grandes novelistas de nuestro tiempo, autor de obras como Trenes rigurosamente vigilados y Una soledad demasiado ruidosa, murió ayer en Praga, a los 82 años, al caer del quinto piso del hospital en el que se encontraba ingresado desde hace dos meses. Según informó uno de los médicos del centro, Hrabal se encontraba al borde de la ventana dando de comer a las palomas cuando perdió el equilibrio y cayó. El facultativo descartó la posibilidad de un suicidio, ya que el escritor, dijo, "se sentía muy bien desde hace varios días".

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La ciudad literaria

, Autor de sesenta libros, varios de los cuales fueron llevados al cine, Bohumil Hrabal estaba sometido desde el pasado mes de diciembre a una cura de rehabilitación por la artritis crónica que padecía. Junto a Vaclav Havel, era el autor checo más conocido en el mundo, y el presidente de la República Checa a menudo ha tributado en sus escritos homenajes a Hrabal, cuyas obras, de gran sutileza política, fueron perseguidas por las autoridades comunistas y circulaban ampliamente en los círculos disidentes.Además de su gran proyección internacional, acentuada tras la película de 1966 que Jiri Menzel dirigió sobre Trenes rigurosamente vigilados -que recibió el Oscar a la mejor película extranjera-, Bohumil Hrabal estaba considerado en Praga como un personaje pintoresco. Acudía regularmente a El Tigre Dorado, su taberna favorita de la capital, en el barrio viejo -allí estuvo con Bill Clinton cuando éste viajó a Praga en 1994-.

Sus novelas, fábulas y cuentos sobre la vida cotidiana estaban protagonizadas por personajes que encarnaban a hombres y mujeres con los que sus lectores se identificaban fácilmente. El humor era una de las claves de su producción literaria. Hrabal sabía reducir al absurdo la existencia cotidiana y sacar el máximo partido a situaciones anodinas.

Idea del suicidio

Durante su última visita a Madrid, en noviembre de 1995, Hrabal mostró su amor a España por ser "el lugar donde se inició Séneca en la filosofía y donde se suicidó". El escritor citó luego el Werther de Goethe. "Yo no veo el suicidio como una vergüenza, sino como un atributo de la persona. Es una idea que todos hemos pensado en algún momento de la vida, y creo que es obligación de todo joven poner en duda su propia existencia".

Nacido el 28 de marzo de 1914 en Brno, Hrabal se doctoró en Derecho en 1946, tras la reapertura de las universidades que habían sido cerradas por los nazis durante la II Guerra Mundial. Pero nunca ejerció la carrera que había cursado y desempeñó una gran variedad de trabajos, muchos de ellos manuales, hasta la década de los sesenta. En 1962 optó por dedicarse exclusivamente a la literatura.

De su experiencia como obrero de mantenimiento en las instalaciones metalúrgicas de Kladno, situadas a unos 30 kilómetros de Praga, nació su novela Alondras en el alambre. El cineasta Jiri Menzel -el director favorito, de Hrabal, cuyo mundo visual es deudor del escritor en la mayoría de sus películas- adaptó esta obra en 1969 y con ella ganó el gran premio del Festival de Cannes. En 1994, Philippe Noiret encarnó el personaje de Hanka en la adaptación cinematográfica de la novela Una soledad demasiado ruidosa, que narra la historia de un. obrero. De todas sus obras, ésta era su preferida. El protagonista, Hanka, aprende a amar los libros a medida que los destruye. "Hice la síntesis de dos personajes", decía Hrabal: "el obrero que prensa los papeles desde hace 35 años, que existía realmente, y yo mismo. Le di mi alma. Se trata de un personaje sintético que es capaz de explicar el tiempo en que viví y es capaz de unir el presente y el pasado

Hrabal empezó a escribir en los años 30, aunque su primer libro, La perla en el fondo, no apareció hasta 1963, cuando ya tenía 49 años. A continuación, entre otros títulos, figuran Trenes rigurosamente vigilados y Anuncio de una casa donde ya no quiero vivir.

Tras la Primavera de Praga, se produjo un largo silencio de ocho años durante los que no pudo publicar. A partir de 1976 reaparecieron sus novelas en la antigua Checoslovaquia, entre ellas Una soledad demasiado ruidosa y Yo que he servido al rey de Inglaterra. En España, la editorial Destino ha publicado varios de sus títulos. Monika Zgustová es autora de una biografía sobre Hrabal, Els fruits amargs del jardí de les delicies (Los frutos amargos del jardín de las delicias), publicada en catalán por Destino, que la traducirá en breve al castellano.

Sabotajes

Hrabal conoció el éxito internacional sobre todo a partir de la película basada en Trenes rigurosamente vigilados, de 1966. Interpretado por Vaclav Neckar y Jitka Bendova, este cálido y desconcertante largometraje de Jiri Menzel narra la historia de un joven aprendiz ferroviario que, durante la II Guerra Mundial, se enamora y comienza a cometer sabotajes en una estación.

En 1993, Hrabal obtuvo el Premio Jaroslav Seifert de literatura, el galardón checo más prestigioso, por su trilogía Bodas en casa. Hrabal acabó de escribir esta obra, una autobiografía novelada, en 1984. Se trata de un irónico e implacable autorretrato cuya narradora es su esposa, Eliska, anteriormente fallecida. La censura checa no autorizó entonces la publicación del libro, que tuvo que publicarse en checo en Canadá -hasta 1992 no fue editada en Praga-.

La concesión de este premio a Hrabal -que fue creado en 1986 y que hasta 1990 se concedía en el extranjero debido a la censura en su país- se interpretó como la reconciliación de dos grupos antagonistas, el liberal y el intransigente, que durante los años anteriores a la caída del comunismo debatían la postura moral del escritor ante el régimen. "A finales dé los años cuarenta", dijo en 1993 el escritor, "milité durante me dio año en el Partido Comunista y sólo por eso me siento res ponsable de todo lo que hicieron los comunistas. Me culpo de las barbaridades que cometió el partido. Uno de mis credos es entonar el mea culpa, ya que moralmente nunca me he sentido del todo limpio en el campo político".

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