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"¿Cuándo sale mi plaza?"

"¿Cuándo sale mi plaza?". Es la típica pregunta que un profesor titular acaba haciéndole a su director de departamento. La plaza se considera en propiedad antes de que exista. Está escrito en piedra. El candidato lleva años trabajándosela antes de plantarse en la línea de salida, a la que llega justo cuando el departamento mira y ve que no hay. rivales alrededor. En ocasiones surgen aspirantes incontrolados, pero la mayoría reconsidera su candidatura.Las cátedras se crean frecuentemente eliminando una plaza de titular. Una cátedra nueva exige al menos una dotación de cinco millones de pesetas brutas anuales. Una titularidad, cuatro. Es decir, quitar una para poner otra sólo supone un coste añadido de un millón. Y no están los tiempos para alegrías.

La petición del departamento es tratada por la junta de facultad y, posteriormente, por la junta de gobierno de la Universidad o la comisión delegada docente. Una vez aprobada, la convocatoria se publica en el BOE.

El departamento ofrece cuatro candidatos (ordenados) para la presidencia y otros cuatro para la secretaría del tribunal, que no se llama tribunal, sino comisión juzgadora. La universidad siempre elige al primero de la lista como titular y al segundo como suplente. Es decir, el departamento dispone y la universidad propone.

Bolitas e informática

Los otros tres miembros del tribunal (y los tres suplentes) son sorteados por el Consejo de Universidades por un sistema mixto de bolitas e informática. Con las bolitas se compone un número de ocho cifras al que se le aplica una fórmula matemática para obtener un nuevo número. Y así siete veces: seis para los tres titulares y tres suplentes, y una más para determinar por qué número se empieza a contar en una lista pública de posibles juzgadores. Todos ellos son del área de conocimiento de la asignatura en cuestión.La oposición a cátedra consta de dos partes: análisis del historial académico y científico, y exposición de una investigación propia. La de profesor titular tiene la primera parte común. En la segunda, el aspirante elige y expone un tema del programa que él mismo ha elaborado. En ambos casos los miembros del tribunal suelen hacer preguntas a los candidatos.

En la primera fase, los juzgadores votan a favor o en contra de cada aspirante. Pueden pasar varios. En la segunda sólo se puede apoyar a uno, que necesitará tres votos para conseguir la plaza que estaba asegurada antes de empezar. Lo que tenía que demostrar lo ha demostrado anteriormente, para bien o para mal, en su departamento. Lo demás habrá sido una puesta en escena de resonancias medievales.

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