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La sierra se "recalifica" para levantar 80.000 viviendas y doblar su población

Vicente G. Olaya

Una gigantesca urbe de 80.000 nuevas viviendas y 500.000 habitantes se extenderá antes del año 2005 entre Madrid y la sierra de Guadarrama. En menos de ocho años, una población semejante a la que actualmente vive en Móstoles, Fuenlabrada y Getafe habitará en los municipios que se sitúan a ambos lados de la N-VI. La mayoría de los ayuntamientos de esta parte de la región están diseñando unos planes urbanísticos que duplican su población. Y todo ello a pesar de que la N-VI no puede ser ampliada y Renfe reconoce que la creación de más estaciones de ferrocarril es inviable.Algunas voces, entre ellas la del grupo ecologista Aedenat, vaticinan "colapsos circulatorios continuos y daños medioambientales irreparables". Y el remedio a estos futuros atascos, la construcción de la M-50, no avanza. En su trazado hay un escollo casi insalvable -el monte de El Pardo- y, además, en los Presupuestos del Estado apenas hay dinero para esta obra que permitiría repartir el tráfico en la N-I, NVI y la carretera de Colmenar Viejo. Pero mientras las protestas no hacen más empezar, los responsables de urbanismo de localidades como Las Rozas, Majadahonda y Pozuelo ya afilan sus lápices. Sus ayuntamientos están diseñando planes urbanísticos que anuncian ciudades de 100.000 habitantes sobre los planos: 300.000 habitantes pegados a la N-VI.

El Ministerio de Fomento advierte que la N-VI es incapaz de absorber el crecimiento de la sierra

En Las Rozas (45.350 residentes), por ejemplo, el Ayuntamiento, del PP, ha decidido unir todos los núcleos aislados que componen el municipio. Un casco urbano de ocho kilómetros de longitud "dará continuidad y racionalidad", según el alcalde, Bonifacio de Santiago, a la localidad. De Santiago, del PP, cree que las recalificaciones permitirán que el municipio alcance los 85.000 habitantes en el 2030. Izquierda Unida lo rechaza: "Atraerán gente en masa, engañada por una mayor calidad de vida, y el pueblo alcanzará mas de 100.000 habitantes en breve".El alcalde de Majadahonda, Ricardo Romero de Tejada, del PP, reconoce que proyecta "un crecimiento tope de población de 50.000 habitantes más". Según su plan general, aprobado el pasado diciembre, este pueblo de 39.720 habitantes espera construir 15.000 viviendas más, un nuevo polígono industrial y una carretera de circunvalación. El concejal socialista Antonio Morales asegura: "Si se duplica el número de residentes, para llegar a Madrid habrá que alquilar un helicóptero. Es completamente imposible que la N-VI pueda absorber estos crecimientos".

El Ministerio de Fomento, responsable de la N-VI, señala que actualmente la intensidad media de vehículos en esta autovía es de 100.000 coches. "Es evidente que está bastante congestionada en horas puntas y que nos acercamos, poco a poco, a su saturación. Estamos a la espera", relató un portavoz ministerial, "de ver cómo se comporta el, tráfico de la autovía con la nueva conexión de la M-40 [inaugurada en diciembre pasado], que la descongestionará en su entrada a Madrid".

Demasiadas paradas

El servicio de cercanías de Renfe, en cambio, sí puede asumir la masa de viajeros que se avecina. Sin embargo, Victorino Oyorqui, jefe comercial de Cercanías, reconoce que un crecimiento desmesurado de la población también crearía problemas a la hora de recoger a los viajeros. "No podemos aumentar el número de estaciones existentes más que en uno o dos casos. Si pusiésemos más estaciones, este trayecto de 49 kilómetros sería insufrible. Un tren no puede parar cada kilómetro".

El Ayuntamiento de Collado Villalba (36.700 habitantes), municipio situado a los pies del Guadarrama, considera que "el horizonte del municipio está en los 50.000 habitantes". Según Juan Luis Zamorano, concejal de Urbanismo, "este pueblo tiene el problema de su pequeña extensión". "Nosotros queremos crecer hacia la zona de Moralzarzal [3.690 habitantes]. En mayo presentaremos el avance del plan urbanístico, que está en el aire por cuestiones políticas". El PP gobierna en minoría en esta localidad. En Galapagar (16.470 habitantes), donde el PP gobierna en minoría, el edil de Urbanismo, Lorenzo García, reconoce que la población crecerá un 50%, y dice: "Estamos redactando los nuevos planes. Pero no puedo avanzarlos. Pasamos por unas circunstancias muy especiales".

El Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial (10.500 habitantes) está revisando también su plan urbanístico. Antonio Perea, concejal de Urbanismo, calcula que el municipio pasará en unos años a los 13.500 habitantes.

El concejal socialista de Majadahonda Antonio Morales cree que los municipios del noroeste quieren atraer habitantes ofreciendo un falso producto publicitario y utilizan a promotores y constructores para hacer su negocio. "La calidad de vida se pierde al aumentar el número de residentes, se engaña a los vecinos y se crean ciudades masificadas. Y a pesar de que se crece a lo grande, los consistorios no logran el compromiso de los ministerios de crear nuevos servicios. Por eso faltarán ambulatorios o colegios en las nuevas urbes", dice Morales.

El concejal de Urbanismo de Pozuelo de Alarcón, Luis Ruiz, calcula en unos 90.000 habitantes la población que residirá en esta localidad.

Promesa de Ruiz-Gallardón

"El transporte no representará un problema en el nuevo Pozuelo. El presidente regional nos ha prometido metro en un plazo medio. Además estamos muy cerca de la M-40 y el tráfico de Pozuelo se diluye fácilmente en esta vía", añade.

Según el último padrón elaborado por el Instituto de Estadística de la Comunidad, más de 64.000 madrileños de la capital han llegado, atraídos por su mayor calidad de vida, a los pueblos del noroeste de la región en los últimos cinco anos, a pesar de que los municipios apenas tenían suelo disponible. A Pozuelo llegaron 11.751; a Collado Villalba, 10.339, y a Las Rozas, 10.216. La tendencia sigue al alza.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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