Primer ensayo de una nueva vacuna experimental contra la malaria

Investigadores del ejército de Estados Unidos han publicado los resultados de un primer ensayo clínico con una vacuna experimental contra la malaria que ha mostrado cierta protección en un muy pequeño número de individuos. Algunos de los científicos, como Ripley Ballou, son los mismos que efectuaron un ensayo clínico en Tailandia con la vacuna del colombiano Manuel Patarroyo y concluyeron que no era eficaz y que no valía la pena continuar con las pruebas. Sobre la nueva vacuna su opinión es diferente.

A pesar de que la nueva posible vacuna está todavía en la primera fase (la de probar su seguridad y su eficacia), en su artículo, publicado ayer en la revista New England Journal of Medicine, los investigadores militares afirman que resulta prometedora y que están indicados ensayos clínicos mayores en áreas endémicas de malaria, todas ellas en países en vías de desarrollo. Curiosamente, el diario The International Herald Tribune, propiedad de empresas estadounidenses, dedicó también ayer su primera página al primero de dos capítulos sobre la creciente mortalidad debida a la malaria en el Tercer Mundo y en Senegal terminó una cumbre internacional de expertos sobre la malaria patrocinada por Estados Unidos.La vacuna probada ha sido obtenida por biotecnología y consiste en una especie de rompecabezas, una supermolécula basada en una proteína presente en una las fases por las que atraviesa el parásito Plamodium falciparum, causante de la malaria. A ésta se le van quitando y añadiendo piezas -adyuvantes- probando versiones que induzcan una reacción inmune en el organismo.

Voluntarios infectados

El reducido ensayo clínico efectuado por los investigadores estadounidenses con tres variantes de la vacuna prototipo obtenida en la empresa farmacéutica SmithKline Beecham se ha basado en 43 voluntarios (cuya nacionalidad no se especifica en el artículo), de los que llegaron al final 28 y que nunca habían estado expuestos a la malaria. De ellos, seis no recibieron ninguna dosis y fueron sometidos a la picadura de mosquitos infectados. Todos ellos enfermaron de malaria. Estos ensayos clínicos en los que voluntarios se prestan a resultar casi con seguridad infectados ha sido criticado anteriormente, por lo que los investigadores estadounidenses señalan que se obtuvo consentimiento "informado" por escrito de los sujetos, que se pudieron retirar en cualquier momento.Otros 22 voluntarios recibieron tres dosis de vacuna y se sometieron igualmente a la picadura de mosquitos infectados. De los ocho que recibieron la primera variante, enfermaron siete, así como cinco de los siete que recibieron la segunda variante. Es la tercera variante la que parece tener cierta eficacia, ya que sólo se infectó uno de los siete que la habían recibido.

Cuatro de los 43 sujetos iniciales sufrieron efectos secundarios negativos importantes, como dolor de cabeza y fiebre.

Los mismos investigadores estadounidenses y otros advierten de las dificultades para avanzar hacia una verdadera vacuna que funcione con personas expuestas continuamente a contraer la enfermedad. "Muchas cuestiones importantes deben ser resultados antes de que se puede conocer la completa capacidad de esta vacuna", reconocen.

Desde Leticia (Colombia), Manuel Patarroyo manifestó ayer a la agencia France Presse su escepticismo sobre este anuncio, tanto por el reducido número de personas participantes en el ensayo como por el hecho de que se realizó sin control por placebo y porque la posible vacuna induciría defensas sólo contra una variante del parásito. Recordó la reciente descalificación de su vacuna, que fue donada a la OMS, mientras ahora se apoya una desarrollada por una empresa privada y criticó que los investigadores quieran pasar a realizar ensayos en países en desarrollo cuando no está demostrada su seguridad.