El Pentágono dice que no hay origen común en el 'síndrome del Golfo'

El Pentágono no ha investigado de modo apropiado el denominado síndrome del Golfo, según el informe de un grupo de científicos y militares remitido ayer a Bill Clinton. Ese informe, solicitado por el presidente y realizado bajo los auspicios de la Casa Blanca, asegura, no obstante, que el Pentágono tiene razón al afirmar que no existe una, causa común para los problemas físicos y psíquicos padecidos por unos 60.000 de los 500.000 soldados norteamericanos enviados al Golfo Pérsico en 1990 y 1991 para combatir la invasión de Kuwait por el Irak de Sadam Husein.La posibilidad de que los soldados norteamericanos respiraran gases tóxicos tras la destrucción por ingenieros de su Ejército de un depósito iraquí de armas químicas en marzo de 1991, no explica la extensión del síndrome del Golfo. El informe de la Casa Blanca acepta que, como ya informó el pasado año el Pentágono tras haberlo ocultado durante mucho tiempo, unos 20.000 soldados estuvieron expuestos en el peor de los casos a los gases liberados por la voladura del arsenal de artillería de Kasimiyah. Hasta el momento, nadie tiene una respuesta a los problemas de pérdida de memoria, fatiga crónica o dolores musculares que afectan a otros miles de veteranos de aquella guerra.