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Llanto de sastra

La despedida a Marcello incluyó parlamentos de políticos y colegas, haciendo hinca pié en la sencillez del hombre y la humildad del acto. El vicepresidente de la República, Walter Veltroni, lo comparó con "un haz de luz" amado por todos; el alcalde Rutelli, que no le conoció, le vio como un Escipión moderno; el es critor Enzo Siciliano recordó su adolescencia, cuando ambos vivían en la misma callé: "para mí siempre será el chico de Vía Tartaro que iba a por agua a la fuente en tiempos de restriciones". Y añadió que Mastroianni llevó fuera de Italia "la mejor forma de ser italiano, la Roma de los barrios" y que aportó una manera de estar en la que vivir es agradable pese a las dificultades. La guionista Suso Cecchi d'Arnico aprovechó para dar le las gracias por haber querido regresar "a su ciudad, su familia, sus amigos , y la afluencia de público esta mañana una señal de que el cine italiano todavía despierta interés, y "tenemos que luchar para elevarlo al nivel que tuvo". Para el director Mario Monicelli, a quien debemos Rufufú, es difícil "hablar de Marcello en los términos que a él le hubieran gustado y en los que se reconocía, con mucha discreción, sin énfasis", pero destacó el gran papel que el actor tiene en el cine de su país, en su cultura.Se dijeron muchas palabras: que disfrutó de la dulzura de vivir y del vivir con dulzura, etcétera. Entre todos los oradores, sin embargo, destacó una mujer sencilla, cuarentona, regordeta y conmovida. Angela Insimaghi, que ha sido sastra de Marcello desde sus comienzos, dijo: "Cuando tenemos que recordar a alguien que nos ha dejado, buscamos las palabras más bellas. Del señor Marcello (porque yo siempre le he llamado así), quiero recordar su sencillez, igual ante un plato de su comida favorita que cuando hacía un personaje importante. Incluso en los últimos días, incluso cuando sufría, encontraba tiempo para gastar una broma o hacer un chiste. Estarás siempre en mi corazón, en el corazón de todo el cine". Echándose a llorar, agregó: "Señor Marcello, es la primera vez que le tuteo".

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Un adiós con flores para Marcello

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