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Las ONG españolas hacen autocrítica tras los ataques por su actuación en Ruanda

"No somos ni el cielo ni el infierno, eso no es pensar con madurez", sostiene Intermón

El conflicto de Ruanda, en el verano de 1994, supuso para los españoles el descubrimiento de las ONG. Cuando estalló la crisis, sólo nueve ONG recaudaron 7.000 millones de pesetas. Dos años después, Ruanda es, también, el detonante para las críticas. Las mismas ONG comienzan a vislumbrar la otra cara de la moneda, una cara que habla de falta de profesionalidad, prepotencia, neocolonialismo humanitario y cuentas poco claras. "Las ONG no somos ni el cielo ni el infierno, eso no es pensar con madurez" dice Ignasi Carreras, de Intermón.

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"Más rápidas, más eficaces", decía este periódico, el 27 de julio de 1994, al referirse a su actuación en el conflicto de Ruanda. "Han tomado la delantera a los Gobiernos para paliar las catástrofes humanitarias, son capaces de filtrarse y llegar con mucha mayor rapidez a los conflictos". Así descubrieron los españoles la labor hasta entonces casi oculta de las organizaciones no gubernamentales (ONG) españolas algunas veteranas y otras recién nacidas. Dos años después ha llegado la hora de la autocrítica"Se ha actuado, quizá, un poco inconscientemente. La gen te se ha dejado llevar por la urgencia y se han recaudado fondos que luego no se han podido ejecutar porque los refugiados ya habían entrado en Ruanda o porque eran proyectos de los que no se había consultado con la gente de alli", reflexiona Crescente Martínez, coordinador de Medicus Mundi, que hace un sí mil de esta emergencia con la conquista del Oeste americano. "Eso ha pasado en Zaire. Todos han querido llegar los primeros y algunos se han olvidado de que no hay que tener tanta, prisa y hacer las cosas con profesionalidad y coherencia, y no meterse de una forma inconsciente, aunque sea con la mejor voluntad". "Zaire va a marcar un antes y un después en nuestra actuación", opina.

Emergencias

Ignasi Carreras, con el poso que dan los 40 años de antigüedad de Intermón, reflexiona en voz alta: "Es verdad que ha habido instituciones que han mandado sus equipos cuando ya no tenía sentido, cuando los refugiados habían salido del Zaire, pero no sé si las críticas son muy justíficadas. Me da la sensación de que se nos echa en cara el haber anunciado que habría una terrible catástrofe humanitaria. Y ahora se nos dice que por qué tanta historia si no ha pasado nada, y también que no somos capaces de actuar como es debido". Intermón, que acaba de asociarse al grupo Oxfam Internacional, el mayor consorcio internacional de ONG, (10 organizaciones, 700.000 socios y un presupuesto de casi 50.000 millones), mantiene que a ellos las emergencias no les son positivas, "porque nos detraen recursos de cooperación para el desarrollo. Pero entendimos que si un millón de personas se encontraban en un conflicto sin ayuda humanitaria teníamos que responder".La respuesta de Médicos sin Fronteras, que ha mantenido a 80 personas a lo largo de la ruta de retorno, distribuyendo comida y agua y atendiendo en hospitales, no va a la zaga: "Clarificar las cosas es muy pertinente. Estamos muy preocupados porque se está dando a las ONG un protagonismo excesivo y no podemos, ni debemos, sustituir a los Gobiernos, ni a la comunidad internacional, en dar protección a poblaciones desplazadas".Unas y otras no dudan en reconocer que ha podido haber "fallos" en la operación de emergencia, pero ninguna cree que hayan sido propios. Y pese a la autocrítica, que no rechazan, recuerdan que el conflicto, muy complicado, sigue vivo, con cientos de miles de personas en situación de abandono y sin alimentos. Situación a: la que ahora se suma el regreso forzoso de los refugiados de Tanzania."Yo no creo que hayamos actuado mal", afirma rotunda Pilar Estébanez, responsable de Médicos del Mundo (MM), una de las organizaciones ampliamente felicitada hace dos anos y ahora más criticada, que mantiene allí un equipo de 12 personas esperando poder entrar en Zaire: "Las ONG de emergencia tenemos que acudir donde hay una situación catastrófica, y ésta es una de las pocas ocasiones en las que hemos acudido con recursos desde el principio. Movilizamos a la gente que teníamos en Nairobi y se fueron a Gisenyi, donde se preveía la avalancha de los 600.000 refugiados. Pensamos que podríamos entrar en Zaire y atender a los refugiados y no se nos ha permitido. Luego la avalancha no fue como se preveía, pero es importante estar allí, antes de que haya muertos, porque también se nos critica que sólo estamos cuando hay muertos".

Pero, ¿no han actuado las ONG más como un reflejo de los medios de comunicación y persiguiendo "salir en imagen" que por sus propios análisis o fines? A estos interrogantes responde Ignasi Carreras: "No digo que no haya ONG que no puedan sobrevivir sin emergencias, pero es que los organismos públicos cada vez dedican menos a la cooperación y tienen que dedicar más recursos a emergencias, por la presión de la opinión pública intemacional, y esto genera que aparezcan más ONG de emergencias. Tenemos que romper esta dinámica. Es necesario reflexionar sobre las actuaciones humanitarias en estas situaciones".

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