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Marisa Paredes se define como "actriz de batalla"

La intérprete de 'La flor de mi secreto' obtiene el Premio Nacional de Cinematografía

Andrés Fernández Rubio

"Éste es un trabajo donde hay que resistir". Marisa Paredes, de 50 años, se considera una "actriz de batalla", y su compleja trayectoria ha sido guiada por una idea: "Hay que entregarse como quien se entrega a un amante único". Así lo expresó ayer la intérprete tras conocer que había sido galardonada con el Premio Nacional de Cinematografía 1996, dotado con cinco millones de pesetas, que concede el Ministerio de Educación y Cultura. El jurado ha tenido en cuenta la actuación de Marisa Paredes en La flor de mi secreto, de Pedro Almodóvar, y su amplia carrera en el cine, el teatro y la televisión.

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"Estoy emocionadísima y estimuladísima", dijo la actriz, que el lunes fue una de las estrellas de la fiesta de la revista Fotogramas y ayer se disponía a acudir a la apertura de la nueva tienda de Elena Benarroch. "Hasta tal punto no me esperaba el premio que andaba por la calle buscando piso y me he encontrado al llegar a casa montones de mensajes".Paredes, cuya trayectoria ha tenido vaivenes, explica que su trabajo incluye estar a las duras y a las maduras: "No hay otra posibilidad, como tampoco la hay en la vida. En este oficio todas las cosas son muy pasajeras, todo es coyuntural, y hay actrices de gran talento que todavía no han tenido su papel protagonista. Acabo de recibir una carta de China Zorrilla, una gran actriz con la que trabajé en Latinoamérica, donde me explica que a sus setenta y pico años va a hacer su primer papel protagonista en el cine. Y está como un flan, muy ilusionada. Este detalle lo dice todo, y sirve para expresar que lo mejor es tomárselo con la mayor de las deportividades".

Después de intervenir en vanos títulos rompedores del cine español -Tras el cristal, de Agustí Villaronga; Párpados, de Iván Zulueta; Mientras haya luz, de Felipe Vega-, Marisa Paredes vivió el año pasado un momento de éxito internacional a raíz de su papel protagonista en La flor de mi secreto, de Pedro Almodóvar. El premio oficial coincide con la distinción del Gobierno francés como comendadora de las Artes y las Letras, que le será impuesta mañana. "Se lo dedico a Almodóvar", afirma. "Es evidente que él me tomó de la mano en el momento oportuno. Es muy inteligente y brillante y tiene un ojo espléndido para los actores. El me eligió para unos papeles extraordinarios por los que la gente me ha descubierto, redescubierto o simplemente conocido".

Cine y teatro

De entre sus interpretaciones, Marisa Paredes elige tres de cine y tres de teatro: Tras el cristal, Tacones lejanos y La flor de mi secreto, y Beckettiana; la Comedia sin título, de Lorca, y Orquídeas a la luz de la luna, de Carlos Fuentes.La actriz señala que esta variedad de su carrera se corresponde con su amor al riesgo y a una idea: la de que si un trabajo es interesante no hay que pensar en la posible rentabilidad posterior. "En este camino de ser actriz no hay una manera sino muchas, y me gusta variar porque si no me aburro. Este oficio llega a convertirse en una filosofía de la vida, y yo mi vida la vuelco en mi trabajo

Como la mayoría de los actores españoles, que han ido haciéndose sobre la marcha en escenarios y platós, Marisa Paredes cuenta con su propio método interpretativo. "Trato de que el personaje me sorprenda, de descubrir su parte misteriosa trabajándolo, sufriéndolo y viviéndolo de la mejor manera posible", comenta. "Eso y la observación. De uno mismo y de los demás".

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