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Violentos ataques en Burundi y Zaire originan nuevas oleadas de refugiados

La situación en el este de Zaire se complicó ayer aún más al entrar en el conflicto otro país de la zona: Uganda. El Gobierno y el Ejército de Zaire acusaron ayer a las tropas de este país de haber cruzado la frontera, de atacar las ciudades de Kasindi y Beni y de haber ocupado esta última. Por su parte, el régimen de Kanipala asegura que su acción bélica, ejecutada al norte del lago Edward, consistió en un bombardeo contra rebeldes ugandeses que operan con el apoyo de Kinshasa. "Estamos hartos de esos bandidos y vamos a acabar con ellos", aseguró un alto mando del Ejército de Kampala.Entre tanto, más al sur se han recrudecido los combates entre tropas de Burundi y rebeldes hutus. La principal consecuencia ha sido un nuevo flujo masivo de refugiados, en esta ocasión hacia Tanzania. En este país, que se ha visto libre hasta ahora de combates, se estrenó ayer la fuerza multinacional con un envío de ayuda humanitaria a un campo de refugiados.

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La fuerza se ha mostrado incapaz hasta ahora de obtener de las partes en conflicto el acuerdo necesario para hacer llegar la ayuda al principal foco de refugiados, en el este de Zaire, ni siquiera lanzándola en paracaídas. Fuentes de la ONU aseguran que hay allí cerca de 700.000 desplazados de los campos, que sobreviven en condiciones precarias, haciendo frente al hambre y la enfermedad e intentando huir de los combates.

Por otra parte, Zaire ha llamado a su embajador en Francia, que hace unos días causó la muerte a dos jóvenes a los que atropelló con un coche alquilado cuando iba a visitar en su residencia de la Costa Azul al presidente Mobutu Sese Seko, recientemente operado en Suiza de cáncer de próstata y que ha pasado fuera de su país la tremenda crisis de la zona de los

Grandes Lagos.

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