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Matutes acusa a quienes critican al Ejecutivo de no ser "buenos españoles"

MIGUEL GONZÁLEZ / ANABEL DÍEZEl ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, acusó ayer de no actuar "como demócratas" y "buenos españoles" a quienes han criticado la política del Gobierno de José María Aznar hacia Cuba tras la retirada del plácet al embajador español en La Habana, en alusión a vanos dirigentes socialistas. "En momentos en que. España está siendo atacada con mentiras y falsas acusaciones, hubiera deseado un poco más de unidad en tomo al Gobierno", afirmó Matutes. El secretario de organización del PSOE, Ciprià Ciscar, afirmó que Fidel Castro "debe rectificar" su actitud respecto a España.

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"Es evidente que algunas intervenciones, que han justificado la actitud de Cuba o que simplemente se han limitado a criticar de un modo injusto al Gobierno, están dando alas a quienes adoptan una actitud que es contraria a los intereses de España", agregó Matutes, que intervenía en el foro organizado por el diario Herald Tribune en Madrid.Aunque no incluyó en este grupo a Felipe González, de quien dijo que había tenido un "buen pronunciamiento", agregó que "hubiera sido mejor" que, tras rechazar la decisión de Castro, no hubiese criticado también al Gobierno español.

El ministro explicó que se convocó el martes por la noche a la embajadora cubana en Madrid, Rosario Navas, a quien el director general para América, Eduardo Gutiérrez, entregó una nota verbal en la que, "con énfasis y firmeza", se recuerda al régimen castrista su obligación de garantizar la seguridad de los bienes y ciudadanos españoles, ante la concentración de numerosas personas en las proximidades de la Embajada de España en La Habana. También "se le hizo patente nuestro disgusto por una reacción que consideramos desproporcionada y errónea", según Matutes.

Evitar la escalada

El mismo mensaje transmitió el todavía embajador español en Cuba, Eudaldo Mirapeix, al canciller cubano Roberto Robaina, "para evitar lo que parecía una escalada hacia la invasión" de la sede diplomática, en palabras del ministro. El jefe de la diplomacia española explicó también que Mirapeix regresará el 5 de diciembre, tal como tenía previsto, no adelantando ni retrasando su vuelta, por lo que a partir de dicha fecha España carecerá de embajador en La Habana.

Matutes aseguró desconocer las críticas de los empresarios españoles con inversiones en Cuba a la política del Gobierno de Aznar, pero aseguró que ésta es la que "más inteligente y eficazmente" puede proteger, "a medio plazo", los intereses españoles en Cuba, ya que, vaticinó, si no se inicia una evolución democrática, podrían producirse, tras la desaparición de Castro, "convulsiones, ajustes de cuentas e incluso derramamientos de sangre".

El ministro insistió en que, por parte española, no hay injerencia o coacción en la situación cubana, como demuestra el hecho de que "no se le ha pedido que [Fidel Castro] se vaya, ni ahora ni dentro de seis meses", sino que sea el propio régimen castrista el que lidere la oposición.

Los socialistas entendieron el mensaje que había enviado desde Montevideo su secretario general, Felipe González. "Fidel Castro debe rectificar", pidió ayer en nombre de los socialistas el secretario de Organización, Ciprià Ciscar. Fuentes de ese partido aseguraron que González ha llegado a hablar desde Uruguay con el presidente cubano, Fidel Castro.

El contenido de la conversación entre González y Castro no ha trascendido por la confidencialidad que el secretario general del PSOE ha querido dar a la conversación. Las fuentes consultadas dan por seguro que fue Castro quien tomó la iniciativa de llamar a González. En todo caso, por ahora no se escuchará al PSOE recordar lo que son desde su perspectiva "errores" del Gobierno de José María Aznar sobre Cuba. "Mantenemos el consenso en política exterior que ofreció Felipe González en la investidura de José María Aznar, por lo que ahora toca callar y que todos sean prudentes", dijo Ciscar.

El PSOE asegura que está dispuesto a "colaborar" in la solución del problema, pero que jamás actuará a iniciativa propia de mediador, ya que considera inconveniente intentar suplir al Gobierno. "Sería bueno que las autoridades cubanas rectificaran y que también el Gobierno hiciera algo por su parte, pero no lo ponemos en la misma balanza", precisó Ciscar. Para el PSOE, la medida de Castro no tiene sentido y debe ser rectificada.

Nota verbal del Gobierno español a la Embajada de Cuba en Madrid

El Gobierno español citó el martes a la embajadora de Cuba en Madrid, Rosario Navas, y le hizo entrega de la siguiente nota verbal (comunicado escrito, en el lenguaje diplomático):"El Ministerio de Asuntos Exteriores saluda atentamente a la Embajada de la República de Cuba en Madrid y tiene la honra de comunicarle que, según informaciones procedentes de nuestra Embajada en La Habana, en el día de hoy se ha producido en tomo a la sede de la citada Embajada una preocupante acumulación de personas con fines no determinados.

Como consecuencia de ello, el Embajador de España en La Habana ha solicitado de las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba el reforzamiento de la protección existente en torno a la Embajada. Este reforzamiento se ha producido con rapidez, lo cual ha permitido que el número de personas presentes en los alrededores de la Sede Diplomática descendiera notablemente y la situación quedara bajo control.

El Ministerio de Asuntos Exteriores no duda que las autoridades de Cuba continuarán prestando su colaboración, de acuerdo con lo previsto en el artículo 22 del Convenio de Viena de Relaciones Diplomáticas, para garantizar la seguridad del personal y de la Misión Diplomática de España, así como para impedir la repetición de hechos de esta naturaleza.

El Ministerio de Asuntos Exteriores aprovecha la oportunidad para manifestar a la Embajada de la República de Cuba en Madrid el testimonio de su más distinguida consideración".

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