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Matutes afirma que "todas las opciones están abiertas

El Gobierno español aún no ha decidido qué respuesta dar a la decisión anunciada ayer por La Habana al retirar el plácet al nuevo embajador español en Cuba, José Coderch. "Todas las opciones están abiertas", declaró el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, al comentar la crisis; la más importante de la política exterior española desde la llegada al poder de José María Aznar, y la situación más delicada con Cuba desde la crisis de las embajadas de 1991.La decisión de La Habana es la mejor prueba de que la posición adoptada por la Unión Europea respecto a Cuba, patrocinada por la diplomacia española, ha molestado profundamente al régimen castrista, señalaba ayer una fuente diplomática española en Bruselas. Un portavoz de la Comisión Europea, sin embargo, consideraba la reacción de Cuba como un asunto bilateral ya que en su opinión nada ha cambiado en las relaciones entre la UE y La Habana.

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Fuentes diplomáticas españolas indicaron que Madrid evitará entrar en una escalada de represalias diplomáticas con Cuba, aunque deja abiertas todas las opciones. Estas mismas fuentes interpretaron la reacción cubana como una maniobra de consumo interno, destinada a justificar las insuficiencias del régimen incluyendo a España en la lista de enemigos exteriores del régimen.

El ministro Matutes subrayó que el Ejecutivo actuará "con frialdad y moderación". Pese a ello, la situación puede tardar tiempo en recomponerse. De momento, queda descartado el viaje que tenía previsto realizar en enero a la isla el secretario de Estado de Cooperación, Fernando Villalonga, con el que se pretendían relanzar las relaciones entre los dos países tas las tensiones surgidas en la última cumbre Iberoamericana, celebrada en Santiago de Chile.

Matutes intentó ofrecer la sensación de que la medida adoptada por Cuba no le pillaba desprevenido, aunque la calificó de "hecho sorprendente que va contra el espíritu de diálogo que querían y quieren mantener el Gobierno español y la UE con Cuba". Otras fuentes del Ejecutivo sí mostraron su "irritación por la insensatez total" de La Habana..

El titular de Exteriores resumió el contenido del acuerdo de la UE en la pretensión de que Cuba "inicie una apertura democrática, nada más ni nada menos, ni medidas coercitivas ni sancionadoras; sólo que inice ese proceso y no se dice nada de cuando debe concluirlo". Matutes subrayó que la posición de la Unión Europea frente a Cuba es ahora común por primera vez y calificó las declaraciones del embajador de "impecables".

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Según el ministro, el embajador Coderch se limitó a subrayar que su interlocutor en Cuba no iba a ser sólo el Gobierno de Castro, sino también la oposición y aseguró que esa filosofia y esa práctica han sido habituales de todos los embajadores de España en Cuba. Sobre el deseo de conseguir una "transición pacífica" expresado por Coderch, Matutes añadió: "¡Qué otra cosa podía decir un embajador!".

Las alternativas pasan por llamar a la embajadora Cubana en Madrid para presentarle una protesta, retirarle también la acreditación -algo que se considera excesivo-, suprimir el visado a algún funcionario cubano del servicio de inteligencia o congelar la concesión de permisos de visita de funcionarios oficiales.

El Gobierno prolongará ahora unos meses la estancia en Cuba del actual embajador. Coderch tendrá otro destino.

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