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El presidente de Uruguay agradece al Rey su impulso a la democratización del país

Juan Jesús Aznárez

"Hemos esperado 13 años para agradecer aquella visita". El presidente Julio María Sanguinetti consideró ayer decisiva la contribución del Rey a la apertura democrática de Uruguay y le puso fecha: la de la visita de Don Juan Carlos a Montevideo en 1983, en los estertores del régimen militar. Las medidas de seguridad que rodean la visita real a Uruguay, donde residen unos 30 miembros de ETA, se extremaron ayer al identificarse a tres de ellos, domiciliados en Montevideo, entre las personas concentradas en la Plaza de la Independencia para saludar a los Reyes, según fuentes de la seguridad local.

En tanto la entregada colectividad española vitoreaba a los Reyes, los empresarios agradecían su presencia, y el presidente Julio María Sanguinetti no regateaba elogios -"aquí me veo yo, viejo republicano, declarándome realista"- el general retirado Gregorio Alvárez, cabeza del régimen militar en 1983, se constituía en nota discordante al negar que don Juan Carlos le hubiera planteado entonces la necesidad de una apertura democrática.Independientemente de las manifestaciones del jefe militar jubilado, lo cierto es que durante sus 55 horas de visita a Uruguay en 1983, un año antes de la convocatoria de elecciones libres, el Rey aportó señales inequívocas del objetivo fundamental de su viaje: facilitar un pacífico regreso a la democracia. Acompañado por el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, sostuvo en la embajada española de Montevideo una reunión de una hora con los líderes de la oposición, entre ellos Sanguinetti, quien lo recordó con agradecimiento en su discurso en la cena de gala del jueves.

Exceptuando las reticencias entre la colonia vasca y sectores del izquierdista Frente Amplio, que controla en 30% del Congreso, contrarios también al nuevo Tratado de Extradición entre España y Uruguay, la estancia de don Juan Carlos y doña Sofía se desarrolla con honores y arreglo al programa previsto: almuerzos y cenas oficiales, reuniones con empresarios, emotivos encuentros con la comunidad española, y discursos que inciden en la necesidad de fortalecer los vínculos políticos y comerciales, y de prosperar solidariamente.

Tratado de extradición

La visita de los Reyes coincide con la aprobación por el Congreso de un nuevo Tratado de Extradición entre España y Uruguay, que facilitará la reclamación de doce miembros de ETA residentes en Uruguay. El convenio, pendiente de la firma del ejecutivo, salió adelante con los votos a favor de los diputados de los dos partidos tradicionales, coaligados en el Gobierno, y el rechazo del Frente Amplio.El diputado Jaime Trobo, el Partido Blanco, manifestaba no entender "la tibieza con la que Uruguay trata la situación de estas personas, que ni siquiera tienen documentos españoles. El país no puede seguir mirando para otro lado. Si no traen documentos españoles y no solicitan residencia en Uruguay, deben irse".

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